Un video al que accedió Primer Plano Online muestra la frialdad con la que actuó el asesino de Sebastián Yafrate, el nene de 4 años que murió a manos de su padrastro, quien quedó detenido en Moreno luego de confesar el crimen.
Las imágenes captadas por cámaras de seguridad dan cuenta de su sangre fría: luego de asfixiar al chiquito con su propia mano salió caminando de la casa en que vivía con la mamá de la criatura, en la calle Agote al 600 de la localidad de Cuartel V, y lo llevó en colectivo hasta el hospital Mariano y Luciano de la Vega, a donde llegó sin signos vitales y los médicos no pudieron reanimarlo.
El video del asesino con el nene en brazos en Moreno: para la justicia lo mató para hacer sufrir a la madrehttps://t.co/HLzLLGw7Pu pic.twitter.com/fdPJbJQsrP
— Primer Plano (@primerplanotv) October 6, 2025
Antes de eso, el asesino, identificado como Cristian Deivy Torrico Mendoza (30) salió de la vivienda con el chiquito en sus brazos, caminó hasta la parada del transporte público y llegó al nosocomio en el que pidió ayuda. Les dijo a los médicos que fue a despertarlo y lo encontró descompensado, pero todo era una gran y conmocionante mentira.
Tal como informó Primer Plano Online, el sujeto -luego de incurrir en una serie de contradicciones con su testimonio- terminó confesando ante los instructores Paula Rodríguez y Martín Borgnia, pertenecientes al equipo de trabajo que comanda el fiscal Federico Soñora, de la UFI Nº 4 de Moreno, que había sido él quien lo mató. “Me enojé, lo tire en la cama y le tape la boca”, fueron sus dichos, que tienen valor legal porque los manifestó ante la justicia.
La acusación que enfrenta el asesino
Luego de que la autopsia confirmara la mecánica de la muerte y del relato de la mamá del nene, que reconoció ser víctima de violencia de parte del sujeto tanto ella como su hijo, finalmente la imputación concreta contra Torrico Mendoza es la de homicidio agravado por alevosía y por venganza transversal por ser la víctima una persona indefensa y con la finalidad de hacer sufrir a la madre. La pena en expectativa no es otra que prisión perpetua.

La investigación y revelación con detalles de lo ocurrido deja como reflexión, asimismo, el rol clave del personal médico, que de inmediato advirtió a las autoridades policiales y judiciales de que la muerte del nene no era algo normal y que dudaban de las causas naturales esgrimidas por el sujeto que lo llevó.
Así también profesionales de la salud y docentes logran descubrir casos de sometimiento sexual en criaturas y resultan profesionales de vital trascendencia en épocas de inteligencia artificial.
La otra enseñanza es para el personal judicial. No es lo mismo responder una llamada por teléfono que ir al lugar del hecho a determinar qué pasó, o al menos supervisar las diligencias. De no haber estado allí los funcionarios de la Fiscalía, la confesión del asesino no hubiera tenido validez legal.