“Hay una realidad: el sector está destrozado”. Javier Silva es el presidente del Centro de Industriales Panaderos del Oeste (CIPDO) y un hombre que desempeña el oficio de toda la vida y conoce la realidad del rubro como pocos: sabe que, en este contexto, ahora se viene el peor tiempo del año, que es el verano, cuando encima se consume menos y las familias tienen su mente puesta en vacacionar.
El aumento de insumos, de servicios, de alquileres y de todo lo atinente a mantener las puertas abiertas de un comercio, sobre todo los más chicos, en los barrios, arma un combo explosivo cuando se cruza con los datos de consumo: si bien el precio del kilo de pan se mantiene, lo que cayó abruptamente fueron los otros productos elaborados, principalmente la sandwichería o los servicios de lunch.
“Ahora se viene la temporada mala encima para nosotros, donde levantan las temperaturas y baja el trabajo sobremanera. Esto al margen de que tuvimos un año casi sin invierno, que es el fuerte nuestro. No hubo actividad y eso es preocupante, más que nada para la panadería chica”, sintetizó el dirigente Pyme en diálogo con Adrián Noriega y Norman Díaz en el programa Primer Plano por canal Somos, de Flow.
De la mano de la caída en la actividad hay otro elemento que desde hace un tiempo está instalado: la mala prensa que tiene el pan en general asociado a la ingesta de hidratos de carbono en la alimentación. Sin embargo, hay voces especializadas dispuestas a dar esta batalla cultural, como el doctor Daniel López Rosetti, quien asegura que dos miñones por día hacen bien a la salud.
“Si hubiera muchos médicos diciendo que el pan hace bien sería todo distinto. Sobre todo el que sabe, que te recomienda comer pan blanco, que es mucho mejor que el de salvado y el elaborado en panaderías, que nada tiene que ver con el que está en la góndola de un supermercado con un montón de conservantes. Yo sigo pensando que lo mejor que le puede pasar a la salud es el pan blanco, fresco, sin ningún conservante”, concluyó.









