Permaneció inmutable, como a lo largo de todas las audiencias del juicio. Escuchó que los fiscales Adrián Ferreyra y Patricio Pagani pidieron prisión perpetua para ella por haber matado a golpes a su hija Milena, de apenas dos años de vida, en un caso que estremeció a la opinión pública, y tampoco cambió su semblante, sostenida en lo que fueron sus expresiones ante el tribunal. “La nena se cayó de la cama”, fue su verdad.
Se trata de Milagros Ester Torres, la mujer acusada por el crimen de la pequeña Milena Torres en una vivienda de la calle José Ingenieros al 1200 de la localidad de Mariano Acosta, en Merlo. Como se recordará, no fue una muerte accidental sino provocada por golpes intencionales en distintas partes de su cuerpo que se descubrió en el hospital Héroes de Malvinas, al que llegó sin vida llevada por su madre y la pareja de ella, Darío Eduardo Chamorro.
El hecho sucedió el 23 de enero de 2023 y a partir de la denuncia de los médicos que asistieron a la criatura la justicia tomó inmediata intervención en el caso. Es que la chiquita presentaba una fractura en la base del cráneo, tenía cerca de un litro de sangre acumulado en la cavidad torácica y el hígado destruido por los golpes “de un objeto duro y romo”, tal como se describió en la autopsia, y una semana antes había sufrido una fractura en la pierna izquierda.
El título de esta nota refiere a Lucio Dupuy, el nene de 5 años que fue brutalmente torturado y asesinado por su madre y su novia en La Pampa, por la que ambas fueron condenadas a perpetua
Tanto en su declaración inicial como en la que expresó ante el Tribunal Oral Criminal Nº 5 de Morón, integrado por los jueces Gabriel Sotelo, Marcos Lisa y la jueza Julia de la Llana, Torres mantuvo su versión: que Milena se había golpeado por caer de la cama. Sin embargo, el lugar en el que dormía no supera los 70 centímetros de altura: imposible que un impacto desde ahí haya provocado esas lesiones incompatibles con la vida.
El giro que tuvo el caso en medio del juicio
Durante las audiencias pasaron por el banquillo varias personas del barrio que conocían la mecánica familiar y dieron su versión de los hechos. Ninguna fue contundente sobre lo ocurrido porque, en rigor, se trató de algo que pasó en la intimidad de un precario hogar, más precisamente en una habitación de tres por tres.
Hubo vecinos que declararon que Chamorro era “un buen padre” con su pequeño hijo, el hermanito de Milena, de 4 años, y que nunca vieron que le pegara. Es más: uno de ellos recordó sus palabras de aquel día en que murió la menor. “Necesito un auto para llevar a la nena al hospital que llegué a casa y no respira”, le escuchó decir con desesperación. En cambio, a la mamá de Milena le tuvieron que decir dos veces que se suba a ese auto que había llegado de urgencia. A él lo vieron con la ropa sucia, recién retornado de trabajar.
También se expresaron durante el debate profesionales médicos que asistieron a la chiquita en el hospital y los expertos que realizaron la autopsia, quienes describieron las lesiones gravísimas que presentaba. Incluso en el juicio se sumaron los informes psicológicos, que no fueron buenos ni para Chamorro ni para Torres, pero particularmente con ella fueron lapidarios. “Su relato es apático, carece de sentimientos”, consta en el análisis.
A partir de todo lo recopilado, los fiscales Ferreyra y Pagani desistieron de la acusación contra Chamorro, lo que implica su libertad inmediata. Es decir, al no contar con elementos de prueba para adjudicarle el crimen de Milena, el único camino para él es la absolución en la causa. Anoche volvió a ser un hombre libre luego de estar casi dos años preso por un delito que no le pudo ser probado que cometió.
En tanto, para Milagros Ester Torres el pedido de pena fue de prisión perpetua en orden al delito de homicidio agravado por el vínculo y por ensañamiento. Consideraron como agravantes el lugar elegido para cometer el crimen y la edad de la víctima, y como atenuante la ausencia de condenas previas.
Por su parte, el defensor oficial de la mujer, Rodolfo Jorge, planteó que su defendida era víctima de violencia de género por parte de su pareja anterior, el padre de Milena, y a manos de Chamorro. Por eso pidió que la condena sea por el mínimo legal que impone la ley para un homicidio simple, cuya escala va de los 8 a los 25 años.
Y un dato que se conoció en el juicio: la mujer fue mamá estando detenida. Todo indica que cuando ocurrió la muerte de Milena ella estaba embarazada. Ahora, en los próximos días conocerá la sentencia que dará a conocer el tribunal.