La tragedia de los bomberos atropellados en Morón no para. Ahora, una de las servidoras públicas que había acudido con un autobomba del cuartel central de Ciudad Jardín, en Tres de Febrero, para apagar pastizales sobre la avenida Márquez del lado de Morón también sufrió la amputación de una de sus piernas.
Mientras la investigación sigue su curso, Matías Di Paolo fue despedido con todos los honores por compañeros y la vecindad de Ciudad Jardín. Sus restos recibieron cristiana sepultura en el Cementerio Municipal de Tres de Febrero.
Se trata de Milagros Barrionuevo, quien fue sometida en las últimas 48 a distintos procedimientos clínicos para intentar salvar su miembro inferior izquierdo, pero no respondió a ninguno de los tratamientos. “La mala evolución de las cirugías previas realizadas a fin de restablecer satisfactoriamente la circulación fueron fracasando secuencialmente”, detallaron fuentes de la institución bomberil.
Finalmente, la decisión a la que debieron apelar los médicos fue la amputación de la pierna izquierda por encima de la rodilla. “Su estado físico y anímico es bueno y estamos siguiendo de cerca su evolución, con un equipo de contención para ella y su familia”, completaron las fuentes consultadas.
El otro bombero afectado por el siniestro fatal, Mateo Heinrich, evoluciona de las múltiples fracturas en ambos fémures más tibia y peroné de la pierna derecha y los golpes por todo el cuerpo.
El otro vehículo involucrado
Como informó Primer Plano Online, el conductor que causó el crimen vial, identificado como César Alejandro Cervantes (54), se negó a declarar ante el fiscal Matías Rappazzo, de la UFI N° 7 de Morón. El sujeto, que estaba al mando del VW Vento y que intentaba pasar a una camioneta, chocó de frente contra los servidores públicos: a tres los aplastó contra la carrocería y al fallecido Di Paolo lo hizo volar por alrededor de 50 metros.

Sin embargo, con ese otro rodado hubo una novedad: fue identificado el conductor de una Fiat Toro, que declaró voluntariamente ante la justicia y dijo desconocer absolutamente lo que ocurrió. “Yo no vi nada”, respondió ante las preguntas del fiscal y de su secretario, Leandro Tommasone.
La mecánica del hecho y la multiplicidad de víctimas llevaron al fiscal a solicitar la detención de Cervantes en orden a los delitos de homicidio simple con dolo eventual y lesiones graves, cosa que fue convalidada por el juez de Garantías Roberto Maximiliano Carletti.









