En sintonía con lo que viene planteando públicamente la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) sobre el crecimiento exponencial del hambre, desde Cáritas de la Diócesis de Morón, que abarca también a los Municipios de Hurlingham e Ituzaingó advirtieron a las autoridades que la demanda de comida en los comedores de la organización social creció de manera “muy considerable” desde comienzos de año.
Fue Paula Porce Hernández, directora de la entidad perteneciente a la Iglesia Católica, la encargada de narrar el delicado momento que atraviesa la entidad, que no da abasto con el requerimiento cada vez mayor de la sociedad. “Tenemos una red de más de 20 comedores distribuidos en la diócesis y realmente notamos un aumento muy considerable en la demanda alimentaria de comida preparada”, describió en conversación con el programa periodístico Primer Plano por el canal Somos, de Flow.
“Estamos preocupados”, reconoció en la charla con Adrián Noriega y Norman Díaz. Es que la fuerte suba de alimentos no es acompañada por una inversión estatal que vaya de la mano, sobre todo porque muchos comedores y merenderos de otras organizaciones sociales cerraron sus puertas al no recibir provisiones para las prestaciones que brindaban.
“Se dificulta mucho hacer frente a los costos que implica sostener las ollas comunitarias y todas las prestaciones alimentarias. Nosotros tenemos donaciones, pero también tenemos ejecutamos política pública provincial y nacional para poder sostener y dar respuesta. El tema es que esa política pública quedó desfasada con el aumento (precio) de los alimentos”, reveló Porce Hernández.
12.000 VIANDAS DIARIAS
El aumento exponencial en la demanda se observa incluso en el tipo de personas que a partir de este año se acerca a los comedores. “Hay un público que cambió: las personas que retiraban antes comida era la tradicional mujer que iba con su recipiente. Hoy vemos hombres de edad media, adultos mayores, o sea que también hay un cambio en el perfil poblacional que se acerca a buscar la mercadería”, graficó la directora de Cáritas.
Mientras hacen malabares con los alimentos que logran reunir para cocinar en grandes ollas y no dejar a nadie sin su plato caliente, quizá el único que reciben en el día, desde la organización promueven que el Gobierno nacional declare la emergencia alimentaria. Presentarán un documento en los próximos días para pedirlo con urgencia, porque consideran que ya es tiempo de tomar cartas en el asunto. Mientras, continúan con la entrega de 600 viandas diarias por comedor, lo que hace un total de 12.000 raciones.
Cáritas es una entidad que tiene permanentes auditorías de organismos del Estado argentino y de estamentos internacionales como Naciones Unidas, que forma parte del Registro Nacional de Comedores y Merenderos (Renacom) y que rinde cuentas de cada peso que invierte. El tema es que, en este momento, nada alcanza. “Hacemos malabares”, describió Porce Hernández.
“Hay transparencia absoluta de los fondos que se reciben, cómo se ejecutan, y vistas periódicas de gente del programa que va a verificar lo que se hace y la calidad nutricional de lo damos, porque no sólo queremos las panzas estén llenas, sino que tengan valor nutricional”, concluyó.