A Juan Eduardo Santillán (59) hacía rato que lo venían buscando. Tenía orden de captura dictada por la justicia de Morón en el marco de una causa por tenencia ilegal de estupefacientes con fines de comercialización. La Policía lo había ido a buscar a un domicilio en el que operaba, sobre la calle Camerucci al 2000, esquina Pérez Quintana, del barrio San Alberto de Ituzaingó.
Aquel 29 de noviembre de 2022, el hombre supo que lo habían ido a detener. Consiguió escapar con una arrojada maniobra, pero dejó su teléfono celular en la pieza en la que pernoctaba. Los investigadores lo incautaron junto a prendas de vestir en las que guardaba envoltorios de nylon con cocaína en su interior. Un día después de esa fuga, el juez de Garantías Ricardo Fraga insertó su captura nacional e internacional en el sistema.
El clan familiar siguió operando en zona. Y el apellido tomó vuelo nuevamente con un crimen ocurrido en agosto pasado, en el marco de un ajuste de cuentas. Ese hecho, que fue informado por Primer Plano Online, lo protagonizó uno de los hijos de Santillán, de nombre Gustavo (31). Y ocurrió cuando un grupo de personas se presentó en una vivienda ubicada a metros de la esquina de Camerucci y Pérez Quintana a reclamar el pago de dinero por la venta de armas.
Si bien ya era investigada, la familia quedó marcada desde ese momento. Padre e hijo prófugos de la justicia: uno por venta de drogas y el otro por un asesinato. Pero lo más insólito: el mayor de los Santillán seguía vendiendo drogas desde el mismo domicilio del cual se fugó.
La detención de Santillán tras las pruebas de que en ese domicilio se vendían drogas
La investigación se profundizó desde ese crimen del pasado 19 de agosto. Santillán hijo también quedó con captura inserta en el sistema judicial y desde entonces nada se sabe de él. Pero la organización delictiva operaba con un sujeto que pasó a asumir el liderazgo en la venta de drogas: se trata de un ciudadano boliviano de 33 años identificado por las fuentes como José Antonio Angulo.
Tareas de inteligencia previas realizadas por personal de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas, delegación Morón con sede en Ituzaingó, permitió recopilar las evidencias de que todo seguía igual en el barrio San Alberto. Y, en distintas jornadas filmaron la llegada de compradores al lugar: eran atendidos en la vereda y se retiraban a los pocos minutos tras el pago de rigor.
El fiscal Ezequiel Lovillo, de la UFI Nº 9 de Morón, solicitó a la jueza María Cecilia Drago, a cargo del Juzgado de Garantías Nº 5, la realización de un allanamiento en el lugar. Había evidencias concretas de la comercialización y que el clan familiar sostenía su negocio. Así, una comitiva policial, con apoyo logístico de personal de la Secretaría de Seguridad del Municipio de Ituzaingó, irrumpió en la madrugada de hoy en la vivienda y logró la detención de Santillán padre y del mencionado Angulo.
Los investigadores incautaron envoltorios con cocaína fraccionada y lista para la venta, dinero en efectivo, y elementos de corte y reducción como bicarbonato de sodio, pedazos de nylon y cucharas con restos de la sustancia ilícita. Los dos detenidos quedaron a disposición del fiscal para ser indagados.