Pese a lo que podría sospecharse, el Papa Francisco se despidió personalmente de su familia hace 12 años, cuando fue elegido al frente de la Iglesia Católica. Aquella jornada del 13 de marzo de 2013 se comunicó telefónicamente con su hermana María Elena Bergoglio (77), y le avisó que será muy difícil volver a verse en persona por el rol que Dios quiso para él.
“Después de ser elegido, llamó a la familia y nos pidió que ni locos se nos ocurra viajar porque no nos iba a poder recibir. Y que, si estuviéramos en condiciones económicas de viajar, que ese dinero lo usemos para una obra de caridad”, reveló a Primer Plano Online José Ignacio Bergoglio, sobrino del Sumo Pontífice fallecido ayer en Roma.
Para el joven, hay gente que se propone viajar al Vaticano “en busca de una última foto morbosa”, cuando en realidad “es más importante lo que se pueda hacer hoy acá por aquellos que más necesitan para honrar la memoria de todo lo que ha hecho en su papado”.
Es que Francisco dejó, entre otras cosas, el legado de dos letras para sintetizar su obra. Por un lado la triple T (techo, tierra y trabajo) y por el otro la triple C (curar, cuidar y compartir). Dos declaraciones de principios de un líder espiritual que trascendió fronteras con su mensaje.
El Papa Francisco y un legado de austeridad
“Nosotros entendimos que ya no era más nuestro Jorge, sino que nos pasaba a ser el Jorge de todos. Y creo que eso nos ayudó a que este duelo sea tal vez un poco menos doloroso. Porque el dolor y la tristeza de perder a un ser querido existe, es real. Pero creo que es un poco menos doloroso porque ya lo habíamos empezado a soltar hace doce años atrás”, reflexionó José Ignacio.
Es obvio: el impacto de la noticia amerita una cercanía muy fuerte con su mamá, que perdió al hermano, mientras también acompaña a su mujer, que atraviesa un embarazo reciente. “Los mensajes de afecto y de cariño que nos están llegando son enormes”, contó el sobrino del Papa, que tuvo la deferencia particular de atender a este medio.
Bergoglio también recordó que visitó a su tío el año pasado y reveló que tenía entre sus planes viajar a la Argentina. “Habíamos hablado un ratito, porque él estaba con unas líneas de fiebre, y charlamos que existía la posibilidad de que para noviembre estuviera viajando para acá”, reveló sobre esa conversación. Por el deterioro en su salud, esa travesía nunca se concretó.
El cuerpo del Sumo Pontífice, quien falleció a los 88 años de un derrame cerebral que le provocó un infarto fatal, fue mostrado este martes por primera vez en la capilla de su residencia de Santa Marta y fue trasladado a la vecina Basílica de San Pedro donde está siendo velado ante el público hasta el sábado, día en que tendrá lugar su funeral. Se prevé que arribaran a rendirle homenaje muchos líderes mundiales y millones de personas.
