Se profundiza la pelea política en el oficialismo de Morón. Como viene informando desde hace tiempo Primer Plano Online, el distanciamiento entre el intendente Lucas Ghi y su exjefe político Martín Sabbatella ya dejó de ser una disputa interna de Nuevo Encuentro (NE), la fuerza mayoritaria de la deshilachada coalición gobernante a nivel local.
El enfrentamiento entre maestro y discípulo tiene múltiples lecturas e interpretaciones que escapan al partido: impactan en el Partido Justicialista (PJ), que a diferencia de la mayoría de los Municipios en los que gobierna Unión por la Patria no es la principal estructura oficialista.
Como es sabido, Martín Sabbatella fue corrido hace varios meses de la toma de decisiones y su poder de fuego se vio debilitado. Asimismo, el exmandamás siente desafiado su liderazgo hegemónico en su pago chico, que es Morón, desde donde consiguió trascender a nivel nacional y hacer lo propio con Nuevo Encuentro, espacio que salió de las fronteras del distrito. El tema es que en la tierra en la que fue gestada hoy el partido está roto y no parece tarea sencilla su recomposición.
El sabbatelismo lo dice abiertamente: con Ghi “no hay vuelta atrás”
Desde el sabbatelismo admiten que ya “no hay vuelta atrás” en el vínculo con Ghi. “Hay persecución política y caza de brujas”, admitió uno de los referentes del sector ante la consulta de Primer Plano Online. Su alusión es hacia los funcionarios que fueron desplazados por la nueva conducción en el Municipio de Morón.

“Lucas (Ghi) hizo lo que hasta el momento no ejecutó Axel (Kicillof) en la Provincia: el Gobernador no echó de sus cargos a dirigentes de La Cámpora y de Nuevo Encuentro”, se sinceró la fuente. Con esa frase dejó en claro que entienden que Morón es una situación espejo a la que se plantea a nivel provincial con el distanciamiento entre Cristina Fernández de Kirchner (en el distrito Sabbatella) y Kicillof (Ghi).
Desde el búnker sabbatelista, ubicado en la calle French, afirman y sueñan con una interna “si o si” contra el intendente, y aseguran que “no hay acuerdo posible con el luquismo”. Creen que lo mejor es dirimir el liderazgo en las urnas, lo que determinará un ordenamiento en el distrito. Además, rematan con un planteo para mojarle la oreja al jefe comunal: “en NE Lucas es minoría”. Además, fundamentan que la relación con el PJ provincial y nacional “la tiene Martín”.
Lucas Ghi, atado a la estrategia provincial
Si bien el intendente Ghi sigue siendo presidente de NE en Morón y asegura que no tiene pensado renunciar a esa fuerza, por lo pronto arma su base de sustentación por fuera del partido. Y esa apertura divide al peronismo: a quién apoyar es la gran divergencia por estas horas.
Pero no le corre tampoco el pecho a las balas y se muestra dispuesto a defender su posición. “En unos meses estaremos en el marco del proceso electoral, hay que ver si estas posiciones se cristalizan o no en posturas diferentes”, dejó abierta la puerta el mandatario. De alguna manera le quitó dramatismo a las divergencias.
Incluso se animó a plantear que “el Gobierno municipal necesita hombres y mujeres que lo defiendan en el Concejo Deliberante”, marcando claramente que quiere ser el dueño de la lapicera de cara a la elección que se avecina, que todavía no está claro cuándo será para cargos municipales y provinciales.
La división de dirigentes entre Sabbatella y Ghi
El impacto de la pelea repercute en cuanto apoyos de dirigentes pero a título individual: por el momento eso no significa que el Consejo del Partido esté fracturado formalmente. Por un lado, el titular del PJ, Claudio Román, se muestra cercano a Lucas Ghi. Sin embargo, es una decisión compleja en lo personal: el sabbatelismo jugó fuerte en la interna peronista para imponer su figura como mandamás partidario.
La vicepresidenta, Paula Majdanski (como se escribió más arriba, perteneciente a La Cámpora), es cercana a Sabbatella. En tanto que los denominados ‘Gordos’ del sindicalismo vernáculo fueron los primeros en besar el anillo del intendente Ghi ante la convocatoria que hizo el alcalde en el marco de la refundación de su Gobierno. El que no se sumó a ese llamado fue Marcelo Notario, concejal y uno de los integrantes del triunvirato que comanda la CGT regional, quien permanece al lado de Sabbatella.
En el Concejo Deliberante, por el momento, los 4 mosqueteros Agustín Ramponelli, Vanina Moro, Daniela Burgos y Leticia Maldonado juegan con Ghi. El resto de los concejales de Unión por la Patria reportan a Sabbatella y otros al Frente Renovador.

La histórica dirigente peronista y exdiputada Marina Cassese también juega con Sabbatella, al igual que el expresidente del PJ local Hernán Solito y el dirigente Gabriel Barquero, referente de La Marechal, mientras que el Movimiento Evita los exconcejales Tomás Balestrini y Julieta Laviuzza y los históricos dirigentes Néstor Achinelli, Rodolfo Molina, Hebe Recalde y Quino Duyhailo apoyan a Ghi al igual que Santiago Muñiz, secretario de Desarrollo Productivo del Municipio.
Más allá de la descripción de esta división de aguas, un denominador común en el que coinciden ambos sectores en pugna es que la guerra interna de Nuevo Encuentro no desembocará en la ruptura del bloque de concejales siempre que arriba tampoco se rompa la unidad entre CFK y Kicillof. Incluso alguien arriesgó: después de la interna, “en octubre estaremos todos juntos”.