Las imágenes son impactantes porque muestran con nitidez cómo operan los dealers dedicados al narcomenudeo en los barrios, en este caso en la localidad de William Morris, en Hurlingham. Fueron captadas con drones de la Policía Federal y a gran escala: la altura estimada del registro supera los 200 metros.
Fuentes de la investigación precisaron a Primer Plano Online que el procedimiento fue realizado en inmediaciones de la villa Libertad, del mencionado distrito. Allí había denuncias vecinales desde septiembre de 2024 que fueron radicadas en la Fiscalía Federal de Hurlingham, a cargo del fiscal Santiago Marquevich, que trabajó el expediente con su secretario, Eduardo Suárez.
Para la ejecución de las tareas de campo, además de los drones se utilizaron seguimientos encubiertos y observaciones en la zona, particularmente en la intersección de la calle Maestra Piovano y las vías del ferrocarril San Martín. En los videos que forman parte del expediente no sólo se observa a caminantes acercase a comprar sustancias, sino también hasta un automovilista que frena en la vía pública, recibe el producto y se retira. Sistema take away, sin bajar del coche.
Allanamientos simultáneos y tres detenciones
El cúmulo de información recabada por los investigadores derivó en el pedido de allanamientos en esa intersección y también en una vivienda adyacente a un kiosco ubicado a 30 metros. El Juzgado Federal Nº 3 de Morón convalidó lo actuado y libró las órdenes para la realización de los procedimientos en simultáneo.

En la vía pública la Policía detuvo a dos sujetos, a los que tenían filmados como vendedores: se trata de Joel Tobías L. y de Facundo Damián M.F. Luego los allanamientos llegaron hasta el kiosco denominado ‘Chilo’, en donde no incautaron nada pero sí en la vivienda lindera, donde fue detenido el propietario del comercio, identificado como Miguel Ángel P.
En ese domicilio los federales incautaron 210 gramos de cocaína de máxima pureza, 315.840 pesos en efectivo, una balanza de precisión y material de corte, fraccionamiento y envoltorios. Además, secuestraron también tres celulares. En todos los casos enfrentan cargos por comercialización ilegal de estupefacientes. La pesquisa continúa: intentan determinar el origen de la droga.