Comenzó el juicio contra el escribano de Morón Ricardo Baladía (60), quien asesinó en mayo de 2020 al jardinero que contrataba habitualmente, Miguel Pereyra, y cuyos restos intentó descartar horas después del crimen en el río Luján.
El debate se desarrolla ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 del Departamento Judicial Mercedes, integrado por los jueces Ignacio Racca, Daniel Eugenio Machain y Pablo Vieyro. La Fiscalía de Juicio está a cargo de Valeria Chapuis.
Como es de rigor, en el inicio de las deliberaciones las partes expusieron su teoría del caso. La fiscal indicó que, de la investigación realizada, surge que el 12 de mayo de aquel año Baladía le dio un puntazo con un arma blanca a Pereyra lo que provocó su muerte en el acto. Todo ocurrió en las oficinas del profesional, ubicadas en la calle Almirante Brown 1085 de Morón.
Tras haberle dado muerte, el imputado desmembró el cuerpo ya sin vida de la víctima con distintos elementos cortantes para colocarlo luego en su vehículo un BMW 528 y conducirlo hasta la zona del río Luján, en la zona de un recreo de descanso, donde comenzó a descartarse sus partes arrojándolo al curso de agua. En esas circunstancias fue sorprendido por personal policial, que lo aprehendió en la urgencia.
Para Chapuis, el caso constituye el delito de homicidio simple, que tiene una escala penal de entre 8 y 25 años de cárcel. Con esa calificación coincidieron los abogados Pablo Lamoglia y Claudio Cerqueti, que representan a la viuda de Pereyra en calidad de particular damnificado.

En tanto, la defensa de Baladía, en manos de los letrados Luis Victorio Rapazzo, Guillermina Rapazzo y Maximiliano Ponce de León, señalaron que, en su interpretación, la conducta de su cliente se encuentra amparada dentro de la no imputabilidad.
Tras ello, los jueces escucharon el relato de siete testigos y la lectura de otras pruebas que están en el expediente, que fueron incorporadas a las actas del debate por lectura. El debate continuará mañana, viernes 26 de abril, se espera con los alegatos y los pedidos de pena de las partes.
LA CONMOCIÓN ENTRE VECINOS DEL ESCRIBANO TRAS EL CRIMEN