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miércoles, octubre 9, 2024
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El balance positivo de Otta, lo bien que le llega el descanso a Morón y la imperdible anécdota con el técnico más taquillero del momento

Lejos quedaron los tiempos de duda, aunque se sabe que en el fútbol argentino todo es efímero. Los proyectos a largo plazo son difíciles de conseguir y, casos como los de Brown de Adrogué o Defensores de Belgrano, con entrenadores que alcanzan más de tres temporadas continuadas de trabajo, son en verdad excepciones a la regla. A Walter Otta esa realidad no le resulta esquiva. Sabe que su trabajo fue puesto en debate al menos en dos ocasiones a lo largo del año. Primero, luego de perder con Comunicaciones en Agronomía por 2 a 0 el 9 de abril en el primer torneo de 2016; luego, tras la doble caída inicial del segundo semestre.

La solución simple a la que siempre suele recurrir la dirigencia hubiera sido engañosa. En ambas ocasiones, y con comisiones directivas diferentes (la de Pablo Sauro antes y la de Alberto Meyer ahora) cambiar el entrenador podría haber resultado un acierto. Léase: llegaba un técnico nuevo y levantaba el equipo, entonces era una decisión correcta el cambio de timón. Pero en ambos casos, primó la paciencia, la confianza en el conductor y el plantel igual logró reaccionar. Por apenas un par de partidos no llegó a pelear por el ascenso directo en junio; diciembre lo terminó como puntero absoluto, en soledad, tres puntos arriba de su perseguidor.

Otta lo sabe. Por eso cuenta: “Creo que fue un año positivo. Desde el primer torneo en que asumimos estuvimos siendo protagonistas, peleamos hasta la anteúltima fecha, después tuvimos una Copa Argentina muy buena, llegando al lugar más lejos que un equipo de Morón había llegado, y éste torneo nos encuentra primeros, con 16 partidos sin perder, superando la segunda mejor marca del club. Esperemos que siga por este camino y que el 2017 podamos coronar todo lo que el equipo viene haciendo desde el inicio, justamente desde hace un año para esta parte”.

 

 

El diálogo con Primer Plano On Line es amable, cordial, como suele ser él. Un tipo abierto, que sólo esconde las formaciones hasta último momento y el trabajo táctico en el entrenamiento previo a los partidos. Para hablar del resto de las cosas que hacen a su labor no tiene problemas. SI hasta dejó que trascienda aquella conmovedora charla técnica que le dio a sus muchachos minutos previos al juego contra Newell´s por la Copa Argentina. Por eso acepta que buscó una reacción en sus futbolistas cuando dijo que el equipo había sido “una sombra” tras caer en los encuentros inaugurales de la segunda mitad del año.

 

Walter Otta
El día de la derrota con Estudiantes en Caseros, cuando Walter Otta definió a su equipo como «una sombra»

“Los dos primeros partidos no jugamos bien, no defendimos bien sobre todo, pero igual creo que no merecimos perder ninguno de los dos partidos. Con Tristán Suárez los primeros 30 minutos fueron muy malos pero después el equipo revirtió, lo fue a buscar y deberíamos haber empatado, pegando dos tiros en los palos. Y con Estudiantes, después que lo empatamos lo quisimos ganar y nos agarraron de contra y nos ganaron 2 a 1. A partir de ahí el equipo hizo un click y cambiamos el chip. Con Atlanta demostramos que íbamos a ser duros hasta el final, que íbamos a ser un equipo protagonista. Gracias a Dios salió como pensábamos pero fue duro soportar ese momento de muchas dudas que se generó en torno a todos: a nosotros, al equipo, a lo que habíamos armado y todo eso. Gracias a Dios, a partir de ahí la cosa cambió y hoy estamos viviendo un momento más que bueno”.

 

 

En cuanto a la preocupación por el parate de la temporada y la interrupción del brillante momento deportivo de Morón, el técnico tira toda su experiencia sobre la charla cuando aporta una mirada diferente a la que cualquier futbolero puede tener. Lejos de estar preocupado por el freno y cortar el ritmo de competencia, Otta lo visualiza como un factor que, en rigor, jugará a favor. La explicación es la siguiente: “Cuando vos venís tan bien no querés cortar nunca, pero nosotros tenemos un equipo de un promedio de edad alto, y creo que algunos jugadores llegaron al límite en lo físico. Esto nos va a permitir poder recuperarlos, tenerlos bien, y poder mirar, después de la pretemporada el futuro de otra manera”.

Cuando Primer Plano On Line lo consulta sobre la conformación del plantel para encarar el semestre decisivo, aquel en el que están depositadas las esperanzas de ascenso que los hinchas del Gallo tienen guardadas hace años, el entrenador confiesa que necesita un recambio en la ofensiva, donde el equipo se quedó corto de variantes. “El equipo necesita alguna alternativa para adelante. Nos hemos quedado con poca competencia en algún sector del ataque, y vamos a tratar de reforzar eso. Y después que llegue ese jugador, vemos si es necesario o no traer otro, pero creemos que con uno por lo menos ya vamos a estar bien”.

 

 

LA ANÉCODTA CON DANIEL ORSANIC

Cuando el cronista de Primer Plano On Line se contactó con Walter Otta notó que en su perfil de WhattsApp había una foto con una personalidad conocida. Claro, es ni más ni menos que uno de los personajes deportivos del año que concluye, capitán de un equipo que cosechó un logro histórico para el deporte argentino. Es Daniel Orsanic, el comandante de los tenistas que ganaron la Copa Davis tras una verdadera hazaña en Croacia.

Otta con Orsanic
La foto con el capitán del equipo argentino de Copa Davis, a quien entrena en el country de Nordelta

Y era obvio que el tema iba a surgir en la charla. “Yo hace 9 años que trabajo en el country ‘Los Castores’, en el barrio de Nordelta, y tengo la suerte de dirigirlo. Lo conozco de ahí, de hace ya mucho tiempo. Juega de volante por izquierda, es donde mejor juega. Puede jugar de delantero también pero es un muy buen volante por izquierda. Muy bueno de verdad. Todos los que lo conocemos nos identificamos porque es un tipo tan buena persona, tan humilde, tan profesional, que la verdad que da gusto compartir con él una cancha de fútbol”.

 

 

Otta revela también, aunque sin dar mucho detalle, cómo es que llegó a dirigir en ese lugar. “Al country me llevó a trabajar un amigo, Alejandro Molina, que es muy amigo de Matías Almeyda (ex jugador y técnico de River, actualmente en Chivas de México), que vive ahí”. Y sobre su foto de perfil, cuando Primer Plano On Line le preguntó si era de cholulo que la tenía, en realidad reveló otra faceta suya, muy propia del mundo del deporte. “En la última fiesta que hicimos de cierre de temporada, obviamente que cuando él llegó me saqué una foto y la puse. También para que nos dé un poco de suerte (risas)”. Habrá que ver si el retrato con Orsanic acompaña a Otta hasta el ascenso…

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