Qué se hace con los celulares robados es un verdadero misterio al que la justicia de a poco va encontrando respuestas. Está claro que hay un lucro detrás: el desbloqueo, la anulación de datos anteriores y la reinserción en el mercado bajo una figura supuestamente legal que, está claro, no lo es.
En este caso, la Policía de la Ciudad llevó a cabo una investigación que permitió desmantelar una banda dedicada al desbloqueo de dispositivos Apple robados en el extranjero que eran ingresados de manera ilegal a la Argentina y que, además, concretaba otro delito paralelo: el contrabando de repuestos de esos teléfonos de alta gama.
Hubo en total cuatro allanamientos simultáneos para desbaratar a la organización delictivas, de los cuales uno fue en territorio porteño y tres en el conurbano bonaerense, mediante los cuales los agentes lograron el secuestro de más de 160 celulares, además de herramientas tecnológicas de última generación para su desbloqueo.

Como resultado de los procedimientos hay cuatro detenidos acusados de liderar la estructura: dos son argentinos, uno paraguayo y el restante venezolano. Enfrentan cargos por infracción a la Ley 25.891, que en su artículo primero establece que la comercialización de servicios de comunicaciones móviles podrá realizarse, únicamente, a través de las empresas legalmente autorizadas para ello, quedando prohibida la actividad de revendedores, mayoristas y cualquier otra persona que no revista ese carácter.
Detalles de la investigación y el allanamiento en Ituzaingó
Según informaron desde la Policía de la Ciudad, la pesquisa se inició con tareas de ciberprevención realizadas por la División Delitos Tecnológicos Complejos de esa fuerza, que detectó publicaciones en redes sociales ofreciendo el desbloqueo de dispositivos iPhone.
Este servicio ilegal era llevado a cabo por una organización criminal que utilizaba herramientas tecnológicas avanzadas y técnicas de bypass de iCloud para desbloquear teléfonos robados en el extranjero, particularmente en Brasil y Chile, ya que no se encuentran denunciados en nuestro país ante el ENACOM y por ende no se encuentran en banda negativa.
Asimismo, durante las pesquisas se estableció que los dispositivos que no lograban ser desbloqueados eran desarmados, y sus partes se comercializaban en diferentes puntos o eran contrabandeadas hacia países con normativas laxas respecto a las listas negras de IMEI, maniobra que fue detectada en comercios y laboratorios clandestinos ubicados en diferentes puntos de CABA y el conurbano bonaerense.
Con las pruebas reunidas, el Juzgado Federal Nº 1 de Morón emitió órdenes de allanamiento, mediante exhorto con el Juzgado Criminal y Correccional Federal 8 y el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional 1 de Lomas de Zamora. Uno de los domicilios fue en la calle Asunción al 5300, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los tres restantes objetivos allanados fueron dos en el distrito de Esteban Echeverría, al sur del conurbano, y el último en Ituzaingó, sobre la calle Cerrito al 3000, entre Haití y Colombia. Los procedimientos fueron ejecutados por personal de la Policía porteña con colaboración de operarios del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM).

Durante los operativos, se descubrieron laboratorios clandestinos completamente equipados para cometer los delitos investigados, y entre los elementos secuestrados se hallaron 162 celulares en infracción, 21 dispositivos denunciados por robo o hurto en Brasil, Chile y Argentina; 14 tablets, 27 baterías, 247 módulos, 219 carcasas, 80 placas internas de celulares, 5 notebooks, 2 CPUs, 2 testers, un pendrive y $213.000 en efectivo.
En cuanto a las herramientas secuestradas hallaron un multímetro; destornilladores especiales para dispositivos móviles de diferentes formas y tamaños; jeringas de ‘Flux’ para soldar; recipientes con estaño; cinta aislante térmica; lápiz desoldador a pistón; recipientes con alcohol isopropílico; una máquina saca burbujas autoclave; una plancha separadora de glass; pegamento para módulos; kits de espátulas especiales; dos dispositivos posnet; cuatro estaciones de soldado multiuso; un osciloscopio digital; pines de carga; y un microscopio digital.
Según detallaron los voceros, esos elementos “dan cuenta del alto grado de complejidad” que manejaba la organización para su operatoria.