Hace dos años, la Diócesis de Morón, en conjunto con la de Merlo-Moreno, habilitó una oficina para trabajar en la prevención del abuso sexual de menores y personas adultas vulnerables. “Es una herida en el cuerpo de la iglesia, pero también es la herida de las víctimas. No miramos para el costado ni queremos tapar nada”, había definido en aquel momento el obispo Jorge Vázquez.
Pasado ese lapso, y en otra entrevista exclusiva con Adrián Noriega en la emisión semanal del programa periodístico Primer Plano por el canal Somos, de Flow, el religioso que acaba de cumplir un lustro al frente del Obispado que también nuclea a Ituzaingó y Hurlingham reflexionó sobre el trabajo realizado al respecto. Y reveló que atendieron “algunos casos”, aunque sin precisar la cantidad.
“Tuvimos algunos casos y esta oficina funcionó, sobre todo en la protección y atención de las víctimas. Por supuesto, siempre que el acusado no sea un pariente sino alguien que tenga una función en la iglesia o en un colegio. Me he vinculado incluso con alguna familia y el proceso está en marcha. Son procesos confidenciales para proteger a la víctima”, describió monseñor Vázquez.
“Papa Francisco está profundizando eso. Le da mucha importancia”, agregó el titular de la diócesis local. Cuando fue presentada formalmente la estructura, el obispo había señalado enfáticamente que «la Iglesia pide perdón y se hace cargo».
El objetivo de la oficina es fortalecer “ambientes seguros y de buen trato” para las personas que asisten a las distintas actividades que brinda la iglesia, asumiendo tareas de atención, acompañamiento y seguimiento de personas, familias o comunidades concretas que se les encomiende. Para presentar denuncias, el lugar es Buen Viaje 936, de Morón, en donde funciona un grupo específico interdiocesano e interdisciplinario.
LA POLÉMICA POR LA CAMPAÑA DE DROGAS EN MORÓN
“La postura fue del obispo. Mía, personal”. Jorge Vázquez reiteró sus críticas a la folletería desplegada por el Municipio de Morón en el marco de una campaña sobre consumos problemáticos, que se expuso públicamente en abril pasado durante el festival La Minga, en el polideportivo Gorki Grana.
Como se recordará, el tema levantó polvareda y fue centro del debate político por aquellos días en medios de alcance nacional debido a la difusión de frases tales como “porro prensado: mejor flores. Conseguilo de fuentes confiables” y “cocaína/pastillas: andá de a poco y despacio. Tomá poquito para ver cómo reacciona tu cuerpo”.
“Nosotros estamos trabajando con 60 jóvenes en el tema de adicciones y los chicos cuando vieron eso dijeron ‘¿cómo es posible esto?’ La comunicación fue horrible, peor no la podrían haber hecho. Por más que en la práctica uno tenga que usar ese método en alguna circunstancia, como pasa con el alcohólico también a veces, yo aclaré que no juzgaba intenciones, sino que traté de ver el mensaje”, se sinceró el religioso.
Cuando estalló el escándalo, el obispo publicó en las redes sociales de la iglesia un comunicado en el que manifestó su “honda preocupación ante cualquier expresión que implique un mensaje ambiguo dirigido a los más jóvenes sobre las gravísimas consecuencias que tiene para la salud física y espiritual la utilización de sustancias que la ciencia ha demostrado ampliamente que causan daños irreparables”.
“No creo que ninguna campaña de prevención de las adicciones pueda llevarse adelante sin señalar con absoluta claridad el efecto devastador que tiene para los jóvenes y sus familias la utilización de esas sustancias. Como lo hice en diversas oportunidades reitero mi apoyo y cercanía hacia tantas personas e instituciones que trabajan valiente y desinteresadamente para la recuperación de las personas que luchan para superar sus problemas de adicciones”, completó la máxima autoridad eclesiástica en Morón, Hurlingham e Ituzaingó.
EL PRONUNCIAMIENTO DEL OBISPADO SOBRE EL TEMA