Jaulas chicas, mala alimentación, enfermedades que se contagian rápidamente y lastimaduras que se autoinfringen por no contar con espacio para su comportamiento natural. Esas son algunas de las conclusiones que sacaron los investigadores luego del allanamiento en un domicilio de González Catán, en La Matanza, en donde descubrieron 220 aves hacinadas dispuestas para la venta, que se ofrecía por redes sociales.
“Acá les estoy mostrando un cardenal copete rojo. El estado de hacinamiento que tienen estos animales no solamente es porque están en jaulas chicas, mal alimentados, mal nutritivamente, sino que esto es lo que pasa: un pájaro silvestre que lo ponen en una jaula que tiene 20 centímetros por 20 centímetros impacta contra los alambres se destroza literalmente la cabeza”, detalló un especialista de la Fundación Temaiken que participó del rescate junto a efectivos de la DDI La Matanza.
El ejemplar que mostró a cámaras el rescatista ya había perdido un ojo incluso por los permanentes golpes que se daba por falta de espacio. “Esto es básicamente maltrato animal”, enfatizó. Y ejemplificó con lo que es la vida para esas aves en su hábitat natural, con extensiones de entre 2 y 5 kilómetros diarios. “Y lo ponen en una jaula de 20 centímetros por 20 centímetros para justificar el mascotismo”, repudió.
“Esto no tiene que volver a ocurrir y es muy importante comunicarlo: el tráfico animal se detiene cuando deja de comprar”, concluyó en una filmación a la que accedió Primer Plano Online y con la que se busca con concientizar en contra de este tipo de acciones, que además es indispensable denunciarlas para terminar con la cadena. Hay especies, incluso, como el cardenal amarillo, que está en peligro de extinción y se sigue vendiendo a un alto costo.
La necesidad de denunciar la práctica
Como informó Primer Plano Online ayer, las aves y algunos animales exóticos eran ofrecidos a través de la plataforma Marketplace de la red social Facebook. Una vez reconstruido el camino de las ofertas, agentes policiales llegaron hasta el usuario Gabriel Hernán Cano (48), responsable de la operatoria, aunque en rigor se presentaba como un “intermediario” para llegar a los ejemplares.
El sospechoso atendía una casa de venta de artículos para pesca sobre la calle Simón Pérez al 4500 de González Catán, en La Matanza, y tenía a los animales en un domicilio de la calle Perseverancia al 4100, a pocas cuadras del local. Ambos inmuebles fueron allanados por orden del juez Jorge Ernesto Rodríguez, del Juzgado Federal N° 2 de Morón: en el segundo de ellos fue descubierta la fauna en peligro.
Ahora, las 220 aves restacatadas fueron puestas en cuarentena para iniciar los tratamientos de recuperación y posterior liberación en un hábitat natural. Según la descripción hecha por fuentes de la investigación, “todos se encontraban “deprimidos, en jaulas reducidas, hacinados, con su plumaje dañado, golpes, y con pododermatitis”.
Cano fue aprehendido pero luego liberado por la justicia: igual tiene una causa penal por infracción a la Ley 22.421 de especies protegidas en peligro de extinción.
