La muerte de una mascota significa siempre un gran dolor para la familia a la cual le toca afrontar la pérdida. Este es el caso de Gimena, dueña del restaurante Amor y Pan, ubicado en Necochea 701 de la ciudad de Hurlingham.
Hace un par de horas posteó en las redes sociales del local: “Estimados: acaba de fallecer mi gato, Merlín, el gatito negro. Tenía 3 años. Lo encontré en el parque con el cuerpo entumecido. No sé cuál fue la causa. Recién lo enterramos. Estamos muy tristes, transitando este dolor. No vamos a abrir en el día de la fecha. Disculpen las molestias”, firma Gime, A y P (Amor y Pan).

En este restaurante, los sentimientos, el corazón y el amor resultan ser ingredientes fundamentales de sus platos. Tal como reza su manifiesto: “acá la idea es hacer sólo las cosas en las que creemos y ser felices trabajando; emprender brindando un servicio a las personas que se acercan para que se inclinen a rituales donde la alimentación esté en conexión sensible con la forma de vivir que cada uno de los que somos parte de este espacio profesamos”, expresa Gimena, una adorable emprendedora que pone todo su encanto en cada detalles del local gastronómico.
La partida abrupta de Merlín fue sin dudas una herida profunda para su corazón, lo que explica la decisión de no abrir al público en esta triste tarde de sábado.









