La imagen es de por sí insólita: un caballo corre a toda velocidad por el carril rápido de la autopista Camino del Buen Ayre, y ecncima lo hace de contramano. De repente, aparece en escena un auto que viene de frente a más de 120 kilómetros por hora y embiste al animal haciéndolo volar por el aire.
Producto del impacto, el vehículo quedó destruido aunque por fortuna el conductor solo sufrió politraumatismos leves. Pero el caballo no corrió la misma suerte y murió en el acto.
Según los lugareños, siniestros como éste resultan frecuentes en la zona. Los caballos de los cartoneros que viven en los asentamientos linderos al Camino del Buen Ayre suelen subir a la cinta asfáltica y corren distinta suerte según el tránsito de cada momento.

En esta ocasión, la merma del tráfico en cuarentena, impidió que más allá de la muerte del animal, el hecho no se convirtiera en una tragedia de mayor dimensión con pérdida de vidas humanas.