Una joven de 20 años fue detenida hoy en Isidro Casanova acusada de haber participado del crimen de un hombre hallado con dos cuchillos clavados en la espalda la semana pasada en su departamento del barrio porteño de Núñez.
La mujer, identificada por la Policía como Ariana Belén Domínguez (20), fue apresada tras una serie de tareas de campo realizadas por personal de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad en conjunto con la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Matanza, a las órdenes del comisario mayor Dante Pérez Bianchi.
La viuda negra fue apresada cerca de las 4 de la madrugada cuando caminaba por la avenida Crovara, en la mencionada localidad del partido de La Matanza. Actuó con una cómplice que ya está identificada pero todavía no fue detenida. Ambas están acusadas del crimen de Adrián Enrique Muñoz (74), quien apareció sin vida en su departamento de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Según las tareas investigativas, se la vio a Domínguez circulando hace dos días por el barrio San Petersburgo y, luego de 14 allanamientos que dieron resultados negativos, esta madrugada lograron su aprehensión. La joven quedó detenida e incomunicada por disposición del juez Alberto Baños, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 38, que entiende en la causa.
En tanto, los efectivos policiales se encuentran trabajando para dar con una segunda sospechosa a quien se la observó cuando ingresaba al departamento de Muñoz, junto al hombre. Muñoz trabajaba como vendedor de quesos y vivía en el departamento 2do. «A» de un edificio de la calle Ciudad de la Paz 3397, en Núñez, donde el miércoles pasado fue hallado asesinado.
Según confiaron fuentes judiciales, los forenses de la morgue judicial le informaron a la fiscalía que Muñoz sufrió 22 lesiones punzocortantes y que la causa de muerte fue la hemorragia producto de esas heridas. El fiscal José María Campagnoli, de la Fiscalía del Distrito Saavedra-Núñez, convocó para la pesquisa a detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, quienes consiguieron en las primeras horas las declaraciones de tres vecinos, cuyos testimonios clave, ya orientaron la investigación hacia dos sospechosas.
La propia hija de la víctima contó en primer término que su padre solía llevar a su casa a mujeres con las que tenía relaciones ocasionales. Pero fue un primer vecino el que le dijo a la policía que el lunes, alrededor de las 19.30, vio entrar a Muñoz al edificio con dos jóvenes.
Un segundo testigo relató que alrededor de las 22.30 del mismo día, escuchó ruidos provenientes del 2do. «A» pero que no le prestó demasiada atención porque luego oyó la apertura de la ducha del baño. Un tercer habitante del edificio informó a los investigadores que un familiar suyo le contó que el martes, alrededor de las 14.30, vio salir del edificio a dos mujeres con valijas usando la llave de la puerta principal, lo que le llamó la atención porque no las conocía como vecinas, ni como familiares de alguno de los propietarios.
El crimen de Muñoz fue descubierto por su propia hija, quien se acercó al domicilio de su padre porque su hermano le había contado que hacía dos días que el hombre no había ido a trabajar y que cuando él había pasado a la mañana a tocarle el timbre, nadie lo había atendido.