“La violencia vicaria es una de las formas más crueles de violencia, pues supone hacer padecer a los hijos con el objetivo de hacer sufrir a la madre”.
El concepto no muy usado en la Argentina porque todavía no tiene una representación legal exacta en el código y suele apelarse a la figura de un femicidio vinculado fue el argumento al que apeló el juez de Paz de Ituzaingó, Carlos Miceli, para poner a resguardo a una mujer que estaba siendo sometida a diversas amenazas a manos de su exmarido, con el que tiene hijos en común.
“Si no sos mía no vas a ser de nadie”, fue la típica intimidación que le profirió el imputado a la víctima, entre tantas otras agresiones. Es más: le había asegurado que la iba a hacer sufrir por el lugar que más le dolía, para luego proferir la amenaza que la volcó a hacer la denuncia: “voy a matar a tus hijos”. Vaya la aclaración: también son de él.
Según contó el magistrado en una entrevista con Adrián Noriega y Norman Díaz el programa periodístico Primer Plano por canal Somos, de Flow, una vez que la mujer recurrió al juzgado y escuchó su relato impuso una restricción de acercamiento, porque ella tenía temor de que su expareja tuviera armas.
Dispositivo dual a la víctima y exclusión de hogar para el violento
En paralelo, ordenó la colocación de un dispositivo dual, que es la pulsera que de detecta la cercanía de una persona que tiene prohibición de acercarse a otra por disposición judicial. Sin embargo, para que se haga efectiva la medida se encontró con un problema: para que esa herramienta funcione tienen que haber como mínimo mil metros de distancia entre domicilios.
En Ituzaingó el Juzgado de Paz funciona en la calle Las Heras 492, esquina Alvear, y el teléfono es 4661-1839
“Por eso la medida tiene también una exclusión de su propio hogar del imputado, que no era con el que vivía con la familia”, detalló el juez. Léase: una vez disuelto el matrimonio el sujeto se fue a vivir a un domicilio que estaba a pocas cuadras de la casa de su exmujer e hijos. Para que la decisión judicial sea efectiva se tuvo que buscar otro lugar para vivir. Esa fue la manera que encontró para resguardar la integridad de la denunciante y los menores.
“Yo tengo que lograr que esos chicos estén protegidos, por eso también dispuse una custodia permanente, mandé a allanar el domicilio del imputado a ver si encontrábamos el arma y obligamos al hombre a irse de su domicilio. No digo que es totalmente seguro, han pasado un montón de femicidios con estas cuestiones, pero de alguna manera es una medida de seguridad más de las que podemos tomar como para proteger a las mujeres”, reflexionó.
Avanzar en una reforma que profundice la protección de víctimas de este tipo de hechos es una cuenta pendiente que la política tiene con la sociedad. Los datos de la última década así lo demuestran: en Argentina, 120 chicos murieron a causa de esta violencia vicaria en la última década, a manos de sus propios padres con la única finalidad de dañar a la madre.
Para finalizar, Miceli dejó un mensaje a la comunidad. “La justicia de Paz es una justicia más cercana al vecino. Por eso, cada vez que haya un hecho de violencia, vengan a denunciar, porque la persona que viene a denunciar un hecho de violencia se va con una resolución en el mismo momento y tomamos todas las medidas necesarias para protegerlas”, concluyó.