Un ciudadano paraguayo de 30 años fue detenido en las últimas horas luego de quedar filmado mientras provocaba destrozos en una concesionaria al grito de “estafadores”. El sujeto fue identificado como Jorge Gómez, y explicó su reacción como «un impulso» ante la falta de cumplimiento del comercio.
En un auténtico relato salvaje, el joven fue registrado por un teléfono celular mientras golpeaba con patadas a un rodado y luego tomó una silla para continuar con la agresión. No conforme con la contundencia, tomó un soporte de folletería que tenía cerca de su mano y destrozó el parabrisas de un coche cero kilómetro en exhibición.
VIDEO Relato salvaje en una concesionaria: al grito de “estafadores” rompió vehículos, muebles y computadoras
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Convocados por un llamado al 911, agentes de la Comisaría Vecinal 6 B de la Policía de la Ciudad se desplazaron a la concesionaria, ubicada en avenida Rivadavia al 6100, en el barrio porteño de Caballito. En su defensa, el protagonista de la violenta secuencia esgrimió que le habían prometido la entrega del rodado que compró, cosa que no había ocurrido. Tampoco le brindaban respuestas.
Al arribar, los efectivos encontraron al sujeto en flagrante delito: había producido daños en vehículos, muebles y computadoras del comercio, por lo que terminó detenido. Promovida consulta con la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas Número 26, se dispuso el traslado del hombre a la dependencia policial de la zona, imputado en una causa por daños.
«FUE UN IMPULSO, NO ES LO CORRECTO»
Jorge Gómez, el hombre que estuvo detenido dos días tras destrozar dos autos en una concesionaria del barrio porteño de Caballito, admitió haber perdido «el control» ante la negativa de la empresa de devolverle el dinero que, según consignó, le habían informado que le entregarían ese día luego de que cancelara, años atrás, un plan de ahorro para la adquisición de un vehículo.
«Fue un impulso; no es lo correcto; perdí el control, rompí todo», manifestó el hombre en declaraciones formuladas al canal América , en las que contó que en 2016 había entrado en un plan de pago para adquirir un auto de la marca Fiat, pero luego quiso cancelarlo y que le devolvieran el dinero, para lo cual tuvo que esperar que finalizara el plazo de las cuotas del plan, algo que se cumplió este año.
«Me llamaron hace tres días y me dijeron: ‘ya se cumplió el período del plan, podés pasar y se te entrega la plata: los 10 mil pesos'», contó Gómez, de 30 años. Sin embargo, según relató, al presentarse ayer en la concesionaria Taraborelli, le ofrecieron otro plan y le dijeron que no podían entregarle el dinero ese día.
«Les dije que no, que quería la plata y me dijeron que no se podía, que tenía que esperar un año más. Les dije que me llamaron, que vengo de Glew. Las dos opciones eran esperar un año más o anotarme en otro plan», explicó Gómez al dar detalles de la sucesión de hechos que derivaron en su ataque de ira.