“Seguro que esto no suena en la tele, porque estoy cantando lo que no les conviene”, arranca uno de ellos durante una estrofa del rap. Lo sigue su compañero: “mi país se está pudriendo y lo que más me duele que lo que pasa hoy mañana lo sufren los nenes”. La canción da lugar a otro rapeo en modo pregunta: “me aumentás el colectivo, me aumentás el pan, pero el sueldo del pueblo ¿cuando lo vas a aumentar?”, en el cual su coequiper completa: “la plata no alcanza, ¿de qué cuenta me hablás? Por eso las cosas en mi país están como están”.
Ale y Carlitos, tal cual se presentan al comenzar su rapeo, causan furor en el ferrocarril Sarmiento, en el trayecto Moreno/ Morón ida y vuelta a lo largo del día. Suben a la formación, toman posición, aclaran que van a cantar y dicen “esperemos no les moleste”. Y largan sus canciones con fuerte contenido social, económico y político, a través de las que expresan su visión del mundo y de lo que sucede en la Argentina. Los pasajeros los graban, viralizan los videos y les dan unos billetes o monedas a la gorra.
“Yo no quiero promesas, a mí dame de comer”, “no me pongas en la tele cuánto es que aumenta el dólar, poneme la cifra de la gente que acá muere por hora”, “de qué democracia hablás si nos sacan a balazos cuando vamos a protestar”, y “corrupción, adicción, sabe que tengo razón, usted se lleva la plata y el delincuente soy yo” son otras de las frases de la canción de tres minutos y medio que compartieron con los viajantes. Todo termina con un caluroso aplauso.