Bronca, dolor, impotencia, hartazgo. Si todo eso se pone en una licuadora sale como producto terminado el sentimiento que atraviesa por estas horas a vecinas y vecinos de Ramos Mejía tras otro crimen atroz, que conmociona a la ciudad.
Se trata del asesinato del kiosquero Roberto Sabo, quien fue ejecutado de un balazo en la cabeza con un disparo a corta distancia cuando intentó escapar del robo a su local Drugstore Pato, en avenida de Mayo y Alvarado, pleno centro de esa localidad de La Matanza.
Lo cierto es que luego del sangriento hecho gran parte de las y los habitantes de la zona salieron a calle a repudiar lo ocurrido y, a puro bocinazo, pancarta y gritos, exigieron seguridad. El epicentro de los reclamos fue la comisaría segunda de Ramos, en la que se concentraron y hasta prendieron una fogata para reclamar una respuesta de las autoridades policiales y políticas. Uno de los principales destinatarios del reclamo fue el intendente Fernando Espinoza.
Pasadas las 21.30 de anoche llegó al lugar el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, en medio de un caos de gritos e insultos. Un cordón policial debió custodiar el ingreso a la dependencia con un cordón humano. Es que allí estaban alojado Leonardo Daniel Suárez (29), el hombre acusado de haber apretado el gatillo contra el comerciante, y su pareja, de 15 años, que por ley es inimputable y nunca irá presa por ese delito.
“Lo mataron por nada”, reflexionó Patricia, la esposa del kiosquero, visiblemente conmovida. “Lo quería todo el mundo, era buena persona en todos los sentidos. Siento mucha tristeza, dolor, era una persona que la quería todo el mundo. Era un buen padre, un buen hijo, un buen vecino. Le pegaron seis tiros por nada, porque las bolsas quedaron adentro”, lamentó en diálogo con el canal La Nación+.
Otra escena dantesca de la tarde en Ramos fue la que captó un vecino con un celular. Es que uno de los patrulleros enviados a la escena del crimen se quedó sin combustible y debió ser empujado por efectivos policiales y hasta por vecinos que se acercaron a ayudar. “No anda ni un patrullero en un asesinato”, afirma un hombre con bronca. En tanto, se multiplican los silbidos contra los efectivos. “Da vergüenza”, se le escucha decir a muchos de los que estaban en ese lugar.
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Lo cierto es que, para esta tarde de lunes 8 de noviembre desde las 19, se convocó a una nueva movilización para exigir seguridad. Será en la esquina de avenida de Mayo y Alvarado y promete ser masiva. Todo a seis días de votar el próximo domingo.