Dramático por donde se lo mire. Una verdadera acción criminal, que la justicia y la Policía ya empezaron a saldar de alguna forma con la detención de la atacante. Y una angustia sin freno la que atraviesa la familia de Laura Delgadillo (22), quien fue prendida fuego junto a su hijo de tres años por Liz Magnolia Ortega Castillo (22). Ambas eran amigas de la infancia, y por ese motivo los allegados de las víctimas no se logran explicar qué pasó.
Hace instantes, en el amanecer del lunes, Vanesa González, la abuela del chiquito, atendió a Primer Plano Online desde el hospital Garrahan, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a donde fue derivado de urgencia por la gravedad de las heridas que sufrió. “La única parte que no tiene quemada el nene es la que lo protegió el pañal. El resto, el 85 por ciento del cuerpo la tiene quemado”, narró la mujer, que está a su cuidado.
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“Perdió las orejitas, los dedos de la mano, no sé que pasará con sus piecitos si se llega a salvar. Las quemaduras son muy profundas, tiene tres drogas para que el corazón pueda bombear. Y está en coma para no sentir el dolor”, agregó la abuela visiblemente conmovida.
El cuadro de su hija, por otra parte, no es alentador tampoco: permanece en coma farmacológico y con necesidad de ser trasladada cuando antes al Instituto del Quemado, pero los médicos no pueden hacerlo porque no garantizan que supere el viaje.
La propia familia de Laura difundió un video de lo que pasó con el ataque. Es crudo, impactante y permite ver cómo fue la mecánica de los hechos. Ahí se observa con nitidez que Ortega Castillo rocía con material inflamable a madre e hijo, que en milésimas de segundo se incendian por completo. “No encuentro explicación, porque se dice que fue por celos, pero ella (Liz, la atacante) estaba con su pareja actual. Para mí no estaba es sus cabales, tal vez estaba drogada”, señaló González.

La familia de Delgadillo está furiosa con la actitud de Agustín Sebastián Sayago (20), el muchacho con el que estaba en pareja la joven quemada y que supo tener una relación anterior con Ortega Castillo. “Para nosotros hizo abandono de persona”, aseguró la mamá de Laura. Es que en el video se visualiza cómo el sujeto se aleja en moto del lugar luego de que madre e hijo empiecen a arder en llamas. La justicia ordenó su aprehensión ayer pero más a modo preventivo que por acusarlo de algo. De hecho, es parte de la causa, pero en condición de testigo.
Asimismo, la madre y abuela de las víctimas pone en duda que haya sido él quien las trasladó al hospital Paroissien una vez que pudieron apagar las llamas. “A mi hija y nieto los ayudaron unos chicos que estaban tomando cerveza en la esquina”, desmintió Vanesa, visiblemente conmovida por lo que le toca vivir.
Su hija Laura es mamá de otras dos nenas, de seis y cuatro años, y había sido víctima de violencia de género por parte del padre de los tres menores. “Había denuncias pero la justicia es muy lenta y no actuó”, lamentó González. Laura atravesaba muchísimas dificultades y carencias económicas, a punto tal que en un almacén de la esquina de su casa le calentaban agua para que las criaturas se puedan bañar.

Mientras el bebé y su madre agonizan y las esperanzas de que sobrevivan son realmente escasas, la justicia ordenó la detención de Liz Ortega Castillo, que fue ubicada en una casilla de la calle Bacayuba al 3.200, en la localidad de Mariano Acosta, partido en Merlo.
El trabajo para dar con ella tras una vigilancia encubierta fue realizado por personal de la Estación de Policía de La Matanza, con el Gabinete Técnico Operativo (GTO) de Rafael Castillo y de la DDI de ese distrito. La mujer quedó detenida a disposición de la justicia. En el mismo procedimiento también fue aprehendido Alberto Gerasimchuk (22), en una vivienda de García Mercou y Lafayette, de Rafael Castillo: se sospecha que fue cómplice de Ortega Castillo para concretar el ataque. Es su actual pareja.