El protagonista de esta lamentable historia es C., un joven repartidor que se gana el mango diario yendo a distintos lugares a entregar los encargos que le hacen a través de una aplicación.
Lo curioso es que el acusado es un colega, que sabe lo que es transpirar la calle para llevarse un peso con el sudor de la frente. Incluso en bicicleta, tal como quedó filmado anoche en medio de un hecho que es más la vergüenza ajena que provoca que el daño que ocasionó.
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Pasó anoche, apenas después de las 22.30, cuando la víctima frenó su moto para comer algo junto a un compañero. La escena quedó registrada por una cámara de seguridad instalada en un kiosco que atiende las 24 horas sobre la calle Santa Rosa al 2.400, del lado de Castelar (esa arteria divide Morón de Ituzaingó).
“Dejé la moto ahí estacionada con la mochila y el casco para ir a la YPF ubicada en Curuchet. Estaba esperando a mi amigo y, cuando llegó, me avisó que no estaba el casco. Fui hasta el local, le pedí los videos y comprobé que me lo robó un colega en bicicleta”, le contó C. a Primer Plano Online.
Según contó la víctima, el ladrón fue Pablo Damián Velázquez, un delivery de alrededor de 40 años que trabaja en la zona hace dos años aproximadamente. “No tengo confianza ni nada con él, y quiero que queda escrachado por lo que hizo. Me cuesta alrededor de nueve mil pesos reponerlo”, completó el repartidor despojado de una herramienta vital para su seguridad personal y para desarrollar su trabajo.
