No es común ver donaciones de pescado, al menos en el conurbano profundo, donde ese tipo de alimentos parecen privativos para los que menos tienen. Pero este mediodía, las 400 personas que a diario se acercan a recibir un plato de comida a la obra del sacerdote Francisco ‘Paco’ Olveira, en Merlo, se encontraron con una gratísima sorpresa: almorzaron langostinos.
El responsable de hacer llegar los deliciosos productos fue Fernando Álvarez Castellano, presidente de Conarpesa, un grupo pesquero cuya misión comercial es la captura y el procesamiento de langostinos salvajes utilizando barcos y plantas propias en tierra. Como en 2020 se cumplen 25 años de que el empresario comanda la compañía, la forma de celebrarlo es entregando donaciones a los más necesitados.
“Es emocionante ver cómo entregan todo por la gente”, contó el empresario, que reveló que fueron los integrantes de la agrupación La Cámpora quienes hicieron de nexo para la llegada de alimentación nutricional a los barrios más vulnerables.
“Mandamos pescado a todo el mundo y en nuestro país comemos muy poco. Hay propaganda de la pastillita con Omega 3 cuando eso en realidad lo podemos obtener al alimentarnos”, describió el sacerdote tercermundista. En la olla gigante se mezclaron diversos productos para hacer un guiso que muchos de los comensales definieron como “inolvidable”.
