Gustavo Palese (65) es el propietario de Genny. Nadie que frecuente las calles de Castelar centro puede desconocerlo. Desde los inicios del local comercial, hace ya casi cuatro décadas atrás, el emprendimiento de indumentaria estuvo localizado en diferentes puntos de la ciudad, pero nunca se mudó de Carlos Casares al 900.
“Yo estudiaba Licenciatura en Química en la Universidad de Morón y trabajaba para un laboratorio, cuando en paralelo empecé a vender ropa para mi hermano”, rememora Palese. “Por entonces yo tenía de cliente a los dueños de un local que se llamaba Abaima -confitería y alquiler de insumos para fiestas- que estaba ubicado en la entrada de la Galería Norte de Castelar. Más tarde compró el negocio un jugador de Boca Juniors que se estaba retirando y me lo ofreció”, detalla.
Fue así que necesitado de socios para encarar su proyecto habló con su hermana y su cuñado que aceptaron el desafío y juntos inauguraron Genny en el local N°12 de la Galería Norte el 8 de diciembre de 1985. La elección del nombre no responde a nada en particular: “lo vimos escrito en una revista y nos gustó”, cuenta.
Allí permanecieron 10 años hasta que decidieron mudarse a un local más cómodo en la vereda de enfrente. Para los lugareños a los que les gusta rememorar la dinámica edilicia de la ciudad, Palese recuerda que por entonces en el local al que se mudaron funcionaba la casa de artículos de decoración Chipy´s primero y años más tardes De Blanco, que le ofreció su espacio a Palese para mudarse a un local más grande en esa misma cuadra que dejaba por entonces el Banco Galicia. Allí estuvo 22 años más donde anexó ropa infantil, hasta mudarse a su ubicación actual en Carlos Casares 946, casi esquina Pompeya.
Acompañado con familiares, empleadas, esposa o solo, Genny siempre tuvo a Palese al frente del local. Con distinta perspectiva según la ubicación de su negocios a medida que fueron pasando los años, pudo ver el desarrollo de Castelar y el cambio de fisonomía que adquirió la ciudad con el paso del tiempo, los gobiernos que se sucedieron y las diferentes circunstancias económicas que atravesó nuestro país en estas casi cuatro décadas.
Invitado por Primer Plano Online a recordar y hacer una semblanza de lo transcurrido, rememora íconos como la rotisería Santa Anita en la esquina de Arias y Carlos Casares o la heladería Massera en Casares y Montes de Oca: inolvidables.
En otro orden de cosas recuerda también los saqueos de 1989 cuando debía guardar la mercadería del local, advertido por la policía de posibles desmanes que finalmente nunca llegaron al centro de Castelar.
La vida del comerciante no es fácil, dicen. Y seguramente no lo sea en un país con tantos cimbronazos económicos. Pero ser propietario de un comercio y poder vivir de él durante 38 años es algo aún más loable. Palese devela su fórmula, que sin dudas fue exitosa pero quizás no tan secreta: “siempre hubo buena onda de este lado del mostrador y manejamos como premisa no engañar a la gente. Tenemos linda ropa que tiene que ver con el estilo de las mujeres que se acercan a comprarnos; podemos ofrecer buenos precios y prendas de calidad. En definitiva, somos fieles y cumplidores con nuestras clientas”, enumera como dando por obvio que siguiendo esos parámetros nada debería fallar. Sin embargo nos confía que un buen comerciante debe saber que “el 90 por ciento de lo recaudado en ventas es para pagar cosas; no vayas y te compres un televisor gigante con ese retorno porque vas a estar en problemas”, advierte.
De eso se trata, de entender de qué va la cosa, sapiencia que otorga sin dudas la experiencia que dan los años. “Hace tiempo abríamos al público a las 9 a más tardar porque a esa hora ya había gente caminando por las calles de Castelar, pero la nieta de esa señora que me compraba hace 30 años atrás recién sale, con suerte, a las 11 hoy en día”. Los mismos usos y costumbres cambiaron para las grandes fechas en materia de ventas para los locales de ropa femenina. El día de la madre sigue inalterable, sin dudas. Sin embargo, las compras de Navidad sufrieron variantes con el paso del tiempo: “antes era habitual que la gente comprara con anticipación. Ahora la venta fuerte es el día 23 de diciembre; ya el 24 a las 6 de la tarde la mayoría de los locales cierran sus puertas. Y fin de año es otro caso testigo para comparar. Hace tiempo las clientas compraban hasta último momento ropa para estrenar la noche de despedida del año mientras que hoy podríamos tener directamente cerrado el 31 de diciembre”, analiza el comerciante.
Así, conociendo al dedillo los vericuetos de la comercialización de indumentaria femenina, Genny cumple 38 años. A su negocio Gustavo Palese le debe la posibilidad de haber sustentado su economía familiar en todo este tiempo. Sin embargo, lo verdaderamente importante, asegura, está fuera de las cuatro paredes de ese local: su esposa Graciela y sus hijos Gonzalo e Ignacio.
