La justicia de Morón dictó la prisión preventiva para Diego Hernán Herrera, el chacal que asesinó a martillazos a la abuela Lucinda Palavecino en su casa de Libertad, partido de Merlo. Por la gravedad de los hechos que se le imputan, el sujeto pasará el resto de sus días en la cárcel, lejos de seguir haciéndole daño a una sociedad a la que notoriamente no se supo adaptar.
Según pudo saber Primer Plano Online, si bien hay otras causas en las que está implicado, su permanencia en uno de los penales de la provincia de Buenos Aires responde a por lo menos tres violentos ataques que está confirmado cometió. Uno fue con abuso sexual incluido; en otro, le clavó un cuchillo en la frente a la víctima; y el tercero fue el caso de la anciana muerta por los golpes que le dio.
“Me arrebataron a mi abuela, que era nuestro pilar y era una mujer completamente sana. Trabajadora, que me enseñó a ser fuerte y estuvo siempre a mi lado. Estamos destruidos, pero no vamos a parar hasta que se haga justicia y este asesino no salga nunca más”, señaló a Primer Plano Online Alejandra, la nieta de Lucinda.
“Estamos tristes, porque sabemos que esto es para largo. Ojalá que tengamos justicia en el juicio. Quiero destacar el trabajo del fiscal Sergio Di Leo, que desde un primer momento nos está acompañando. Y también a Usina de Justicia, que se contactaron con nuestra familia y están ayudando con contención psicológica”, agregó.
Según pudo confirmar Primer Plano Online con fuentes judiciales, el Juzgado de Garantías resolvió “convertir la detención en prisión preventiva de Diego Hernán Herrera por considerarlo prima facie autor penalmente responsable de los delitos de robo agravado por el uso de arma, abuso sexual simple cometido mediante el uso de arma y privación ilegal de la libertad agravada cometido mediante violencia y amenazas, concursando materialmente con robo agravado por el uso de arma en concurso real con homicidio criminis causa en grado de tentativa y robo agravado por haber provocado lesiones graves en la víctima en grado de tentativa en concurso real con homicidio criminis causa”. Esas son las tres graves acusaciones que pesan sobre el changarín.
Impotencia: murió la anciana golpeada salvajemente durante un asalto a su casa de Merlo
Robo agravado por el uso de arma, abuso sexual simple cometido mediante el uso de arma y privación ilegal de la libertad agravada cometido mediante violencia y amenazas. Luego tiene el delito de robo agravado por el uso de arma en concurso real con homicidio criminis causa en grado de tentativa. Por último, en el caso de Lucinda, robo agravado por haber provocado lesiones graves en la víctima en concurso real con homicidio criminis causa.
La secuencia asesina de Herrera comenzó, al menos en la continuidad de hechos que pudo probar la investigación, el pasado 30 de mayo, cerca de las 13, cuando ingresó por la fuerza a un domicilio ubicado en Sabatini al 1200, también en la localidad de Libertad, y abusó sexualmente de una mujer a la que amenazó con un cuchillo. La víctima estaba con su hermano, y el delincuente los metió en una habitación a ambos: los ató de pies y manos para privarlos de su libertad. De esa casa se llevó dinero en efectivo, un celular y diversos objetos de valor.
El segundo delito por el que está imputado sucedió el 8 de junio, alrededor de las 9.30 de la mañana. La víctima estaba en su casa de la calle Boulogne Sur Mer al 1700, también en Libertad, cuando Herrera la atacó salvajemente a golpes. De ese caso dio cuenta Primer Plano Online.
Le clavaron un cuchillo en la frente a una mujer y le robaron la moto en su casa de Merlo
Fue tal la paliza que en la investigación los peritos establecieron que “intentó darle muerte a fin de lograr su impunidad”: la golpeó sin piedad con un fierro y le efectuó un corte en la frente con un cuchillo tipo Tramontina. La mujer cayó desmayada. Creyendo que había muerto, el acusado se apuró para irse del lugar y se llevó una bolsa con dinero, un celular y una tarjeta Sube propiedad de la víctima, al igual que la moto del hijo.
Finalmente, el ataque contra Lucinda Palavecino, por la que terminó detenido por los propios vecinos de la abuela. Ocurrió sobre la calle Malvinas 2527 en Libertad, cuando sorprendió a la víctima sacando unos baldes con agua a la vereda. La metió por la fuerza a su casa y la golpeó no sólo con el puño sino también con un martillo, que es lo que le termina causando la muerte tras agonizar por una semana.
El deceso de Lucinda se produjo el 1 de julio, o sea que mañana sábado se cumple un mes. ¿Qué intentó llevarse? Un par de zapatillas y un teléfono celular, pero en su intento por escapar, un vecino que vio la secuencia advirtió al resto de los habitantes de la cuadra y lograron detenerlo. La mujer murió como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio traumático producto de la hemorragia cerebral secundaria a traumatismo encéfalo craneano grave.
