Franco de Biase necesita ayuda. Se trata de un vecino del Barrio San Alberto, en Ituzaingó, que tiene 24 años y se gana la vida repartiendo pizzas. Pero hace diez días está internado en el Instituto Güemes, de Haedo, por las múltiples fracturas que sufrió luego de ser embestido por un cliente que llegaba a una verdulería ubicada en Brandsen y Cosquín, en ese distrito. El conductor giró sin avisar su maniobra con la luz respectiva y se llevó puesto, literalmente, al muchacho, que voló varios metros.
La víctima, producto del tremendo impacto, sufrió la rotura de su cadera, del fémur de la pierna izquierda, quebradura en uno de sus hombros y del otro antebrazo, además de cortes y escoriaciones en varias partes del cuerpo. Está inmóvil en la sala respectiva del nosocomio, pero según contó su familia a Primer Plano Online “no pueden operarlo por falta de insumos como clavos y las prótesis que le tienen que colocar”.
PARA QUIENES PUEDAN COLABORAR, EL CELULAR DE MICAELA ES 115946-4208
Micaela de Biase, la hermana de Franco, explicó que debieron sí intervenirlo de urgencia en una de las caderas “porque no circulaba la sangre y corría riesgo su vida”. Para hacerlo debieron salir a pedir plata prestada, 21 mil pesos concretamente, que ahora deben devolver. “Gracias a Dios está fuera de peligro, pero completamente imposibilitado de mover sus extremidades, que las tiene todas rotas”, explicó.
La familia está buscando recursos para poder intervenirlo cuanto antes. Para eso está haciendo una colecta y de la manera que cualquier vecino pueda colaborar, ya sea con dinero o con cualquier tipo de insumo de los que habitualmente se utilizan para curaciones. Pañales los vecinos ya les acercaron y por ahora no precisan, pero sí desde gasas hasta Pervinox y cintas hipo alergénicas.
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Como parte de la ayuda para colaborar con Franco, la agrupación Navajas Solidarias organiza una jornada para el próximo domingo 17 de noviembre desde las 13 en la plaza San José Obrero, ubicada entre las calles Santa Cruz y Rivera, de Ituzaingó.
El padre Juan, de la parroquia San José, colabora con la movida: presta mesas y sillas para que los 14 barberos que van a brindar su mano de obra de manera gratuita para cortar el pelo y acomodar los rostros. “Hacemos cortes clásicos a tijera para varones y mujeres, y también aceptamos lo que nos piden quienes asisten. Estamos entre 25 minutos y media hora por personas, y hubo días que llegamos a meter 400 trabajos”, contó Maximiliano Morales, fundador de Navajas Solidarias.
El joven emprendedor, que no es la primera actividad para dar una mano que organiza, también ofrece sus servicios a domicilio porque debió cerrar su negocio debido a que no llegaba a pagar el alquiler. Pero lejos de sentirse frustrado le pone el hombro, sale a laburar y también tiene lugar en su ánimo para ayudar. En este caso a Franco, que lo necesita.
