Una reyerta entre presos provocó tensión en la noche de ayer en Merlo. Ocurrió en la comisaría 4ª de Libertad, donde incluso familiares de los detenidos se acercaron advertidos por lo que estaba pasando. Finalmente, cerca de la medianoche la situación se tranquilizó.
De fondo un tema que nunca salió de la agenda: la superpoblación de personas privadas de su libertad en comisarías. Mientras esa dependencia tiene 18 plazas de capacidad, en el lugar había -y sigue habiendo hoy- 38 presos. Es decir, más del doble. Incluso, varios de ellos con prisiones preventivas confirmadas y órdenes de remisión a penales de la provincia, que el Servicio Penitenciario no recibe por falta de cupos.
Según la reconstrucción del hecho realizada por Primer Plano Online con fuentes judiciales, todo sucedió luego del traslado de un detenido a la comisaría 2ª de Villa Tesei, en Hurlingham, por inconvenientes con el resto de la población.
Sin embargo, al llegar a su nuevo destino, Aníbal José Núñez Brizuela, detenido por el delito de robo agravado en homicidio en grado de tentativa y a disposición de la Fiscalía Nº 7 de Morón y del Juzgado de Garantías Nº 2 de ese Departamento Judicial, se negó a ingresar al calabozo, con lo cual fue llevado nuevamente a seccional de Merlo.
El problema surgió cuando regresó, porque la población, que era la que había reclamado su traslado por los inconvenientes en la convivencia, no quiso recibirlo y tampoco permitió el ingreso. “Pusieron colchones en la puerta de ingreso y con un cable sujetaron la reja”, precisó una fuente que participó de la mediación para evitar que el conflicto escale.
En medio de la tensión, familiares de los reclusos fueron avisados y llegaron a la comisaría para intentar saber qué era lo que sucedía. Ahí filmaron los dos videos que ilustran este artículo, en donde cruzaron palabras e insultos con el personal policial que les impedía el acceso al lugar de la reyerta.
Lo cierto es que, tras dos horas de diálogo, los detenidos depusieron su actitud, liberaron la puerta y permitieron que efectivos del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) realicen una inspección en las celdas para confirmar que no hubiera elementos para agredir a alguien. Ni los internos ni el personal policial sufrieron heridas.