Había llantos de dolor, de desolación, de bronca e impotencia. Había una suerte de tierra arrasada cuando los testigos, entre ellos la propia víctima, terminaron de declarar. Había angustia contenida pero la convicción de que se estaba haciendo lo correcto.
Un vecino de Merlo que fue baleado en la puerta de su casa al intentar evitar que dos motochorros le roban su VW Surán el domingo 25 de febrero de 2018 logró que la justicia condene a los sujetos que, por apenas unos centímetros de puntería, no le quitaron la vida. Esa tarde, Alejandro Jaramillo Llanos descargaba su rodado cuando de repente dos motociclistas lo abordaron con claras intenciones de asaltarlo.
Como consecuencia del ataque, al cual sobrevivió simplemente porque no había llegado su hora, Brian Jesús Petrucelli (20) y a Nehemías Nahuel Ruíz (21) fueron condenados a once años de prisión, ambos considerados coautores del delito de robo agravado por el uso de arma de fuego y por haber causado lesiones graves, además de portación ilegal de arma de fuego de uso civil.
UNA TARDE DE DOMINGO
La secuencia, que duró minutos, ocurrió sobre la calle Pedro Molina al 500, en la localidad de Libertad. Tal como quedó establecido en el debate oral y público, el sujeto que en la moto iba de acompañante y que portaba un arma -sin la debida autorización legal-, interceptó al vecino para robarle el rodado, pero no consiguió su cometido “en virtud de la resistencia opuesta por la víctima”.
El hombre arrojó las llaves de su auto hacia adentro de la casa, lo que originó un forcejeo en la vereda, que culminó cuando el delincuente armado le efectuó dos disparos que le produjeron heridas graves. “Pude arrojarle una especie de caballete de madera, y él no dudó en dispararle”, narró Jaramillo Llanos en el juicio, cuando tuvo que atestiguar ante los jueces Alejandro Rodríguez Rey, Cristian Adrián Toto y Andrea Bearzi, del Tribunal Oral Criminal Nº 6 de Morón.
El vecino recordó que los impactos lo hicieron «volar» hasta el medio de la calle. De inmediato, y sin cometer el robo, ambos malvivientes escaparon del lugar. “Todo transcurrió en muy pocos minutos, cinco o seis como máximo”, señaló la víctima del sangriento hecho ante los magistrados. Tras el ataque, su esposa y vecinos concurrieron a auxiliarlo y minutos después arribó al lugar una ambulancia, que lo trasladó hasta el Hospital Eva Perón de Merlo, donde se recuperó de las heridas.
Los motochorros fueron detenidos por la Policía a pocas cuadras del ataque, en otro intento de robo. Llegó la rueda de reconocimiento, Jaramillo Llanos los señaló y desde entonces quedaron con prisión preventiva. Como dato adicional, la víctima indicó que nunca recuperó las llaves de su auto y que las heridas padecidas se debieron a dos disparos que recibió, de los cuales uno le provocó herida de entrada y salida en una pierna.
En el juicio también fue decisiva la confesión de ambos imputados, quienes ante el tribunal no dudaron en reconocer la participación en el hecho y asumir la responsabilidad, aunque coincidieron en aclarar que la única finalidad resultaba la de apoderarse del vehículo Surán de su ocasional víctima. “Sólo le queríamos robar el auto”, fueron sus últimas palabras antes de la sentencia.
LA VÍCTIMA HOY
Según narró su esposa Patricia a Primer Plano Online, Alejandro padeció en el ataque tres orificios de bala en su cuerpo, uno con entrada y salida, e incluso un proyectil quedó alojado en su cuerpo. “Uno entró por el estómago, le lastimó el hígado y salió. El otro entró por el costado del brazo, penetró la costilla, le perforó un pulmón y quedó reposando en la zona de la espalda”, detalló la mujer.
Según su propio relato, su marido quedó “shockeado, donde ve un moto se paraliza”. Jaramillo Llanos es albañil y trabajaba por cuenta propia al momento del hecho, pero desde entonces perdió fuerza en el brazo y ya le cuesta mucho poder desarrollar sus tareas. Se gana la vida haciendo changas, pero ya sin la intensidad laboral de antes del ataque.