Terminó formalmente hoy el juicio por la muerte de la oficial de la Policía Local de Morón Tatiana Fernández en el que el único imputado en la causa, Maximiliano Fantino, recibió un pedido de prisión perpetua por parte de los fiscales María Alejandra Bonini y Pablo Masferrer. Sin embargo, la defensa del acusado pidió la absolución argumentando que no hay pruebas en contra de su cliente.
En los alegatos, los fiscales explicaron que la muerte de la joven se dio en un contexto de violencia de género. “Queda claro que fue consecuencia de un espiral de celos”, fundamentó Bonini ante los jueces del Tribunal Oral Criminal Nº 5. En concreto le adjudican a Fantino el delito de homicidio agravado por ser cometido contra una mujer perpetrado por un hombre mediando violencia de género y el empleo de arma de fuego de guerra, o sea, un femicidio.
Tatiana murió luego de agonizar una hora y media tras recibir un disparo en el abdomen en su vivienda sobre la avenida Perdriel al 800, en El Palomar. Desde un primer momento se sospechó de su pareja, quien incluso estuvo detenido algunos días pese a que siempre contó la misma versión del hecho y relató que se había tratado de un suicidio. Desde entonces la justicia intenta establecer lo ocurrido, cosa muy compleja dado que la escena sólo tuvo un tercer testigo, que fue la nena de un año y medio de ambos.
En el sustento de su pedido, los fiscales también enumeraron los testimonios de compañeras de trabajo de Tatiana en la fuerza, quienes narraron en el juicio que vieron varias veces discutir a la mujer con su concubino de entonces. “Rompieron un televisor en una pelea”, dijo una integrante de la Policía Local de Morón que atestiguó en el debate. Los chats entre ambos también fueron considerados, dado que un día, por ejemplo, había 64 mensajes de Fantino a ella “con palabras denigratorias”.
Incluso Bonini habló de una llamada que la noche previa a recibir el disparo que Tatiana le hizo a su suegra para saber si al otro día la iba a acompañar a hacer un trámite de la obra social. “No se condice el disparo en una zona no vital para agonizar durante una hora y media”, también explicó la fiscal. “No sabemos cómo fue el hecho pero sí que Tatiana se quería ir, y las pruebas hay que mirarlas con perspectiva de género”, agregó. Los dos se habían formado en la Policía Local de Esteban Echeverría, y ella se mudó a Morón luego de una serie de amenazas por parte de los allegados de un hombre al que Fantino mató en un enfrentamiento, por el que fue condenado en juicio abreviado en los Tribunales de Lomas de Zamora.
Luego de sus palabras, el defensor de Fantino, Fernando Sicilia, pidió la absolución de su cliente. En principal sustento del pedido es que no hay pruebas que lo incriminen y que la fiscalía acusa en base a “meras infidencias”. “Entiendo la perspectiva de género, pero también entiendo el principio de inocencia”, graficó, y ponderó que el beneficio de la duda siempre es a favor del acusado.
Asimismo, destacó que el muchacho declaró “exactamente lo mismo” cuando ocurrió el hecho que cuando le tocó hablar ante el tribunal, y valoró que su cliente desde el primer momento salió desesperado, en short y en cuero, con su hija en brazos a pedir ayuda. Lo hizo con dos albañiles que estaban frente a su casa y con un almacenero cercano, que declaró haberlo visto “desesperado” para que ayuden a su mujer.
Al finalizar ambos planteos, los magistrados invitaron a Fantino a pronunciar sus últimas palabras antes del veredicto, y así ocurrió. Con lágrimas en los ojos y de espaldas a la familia de Tatiana, les dijo a los jueces: “me duele y quiero que salga a la luz que no tengo nada que ver para poder estar con mi hija”.
Ahora, la sentencia está en manos de los jueces Claudio Chaminade, Julia de la Llana y Pablo Gossn, que convocaron a una audiencia para el viernes 21 de junio para dar a conocer el fallo.