La noche del 14 de julio de 2020, cuando eran estruendosas en el andamiaje social las restricciones de circulación por la pandemia de Covid-19, una megabanda integrada por al menos ocho sujetos que se desplazaba en dos vehículos no estaba justamente preocupada por cumplir con la recomendación de no andar por las calles.
Los ocho delincuentes, a bordo de los utilitarios, portaban chalecos antibalas similares a los utilizados por la Policía y contaban con un fuerte armamento. “Merodeaban la calle para buscar víctimas”, describió un investigador consultado por Primer Plano Online para la elaboración de este artículo.
En cercanías del barrio Las Catonas, una pareja caminaba por la vereda y fue abordada repentinamente. Los agresores bajaron de los vehículos simulando un operativo policial y, al grito de “alto, Policía” la interceptó a punta de pistola y sin mayores explicaciones para subirlos por la fuerza a los rodados.
Ya privados de su libertad, los supuestos uniformados llegaron hasta el domicilio del muchacho. “Llevanos a tu casa que tenemos que allanar”, lo amenazaron mientras lo golpeaban. Ya en la vivienda continuó el salvaje ataque: además de lastimarlo con piñas y culatazos, lo ataron con precintos y encerraron junto al resto de su familia en una de las habitaciones para vaciar la vivienda.
“Se llevaron cuatro TV Smart, siete teléfonos celulares, dinero en efectivo, y una motocicleta Honda Tornado”, detallaron los voceros. A los pocos metros liberaron a las víctimas. El caso quedó radicado en la Unidad Funcional de Instrucción Nº 2 del Departamento Judicial de Moreno-General Rodríguez, a cargo de la fiscal Carina Saucedo, quien convocó a la división Homicidios de la Policía Federal para investigar a la temible organización delictiva.
A medida que avanzó la pesquisa los especialistas lograron determinar que uno de los integrantes de la banda era Gabriel Sergio Martín Escucharini, conocido popularmente con el apodo de ‘Cuchara’ como una abreviatura de su apellido. El sujeto estuvo prófugo y con orden de captura desde poco después del hecho y la sospecha es que contaba con protección policial.
‘Cuchara’ tenía antecedentes militares, ya que había sido egresado del Liceo Militar y “gozaba de un buen pasar económico” por lo que constantemente viajaba por Europa y organizaba lujosas fiestas en el interior de grandes yates con motos de agua. “Todo con total impunidad”, definieron las fuentes.
También formaba parte de un equipo de básquet con el cual solía jugar partidos por las tardes en Caballito. Pero había que encontrar la manera de neutralizarlo por sorpresa para evitar que escape, por lo cual varias brigadas operativas federales se dirigieron hasta las inmediaciones de una cancha de ese deporte ubicada en la intersección de la calle Rojas y las vías de ferrocarril de la estación Caballito del tren Sarmiento.
Una vez que la manzana se encontró rodeada de policías vestidos de civil, uno de los efectivos identificó a ‘Cuchara’ en el interior del campo de juego. Pero como el prófugo era consciente de que lo estaban buscando permanecía alerta a los movimientos a su alrededor, y cuando los agentes lo abordaron corrió con una ductilidad envidiosa para la fuga. “Salió corriendo e ingresó a un supermercado chino con el objeto de esconderse, pero rápidamente fue reducido y no tuvo escapatoria”, describieron los voceros.
Las fuentes judiciales consultadas consignaron que la banda a la que pertenecía ‘Cuchara’ estaba integrada por civiles y también por miembros de fuerza de seguridad, que ya habían sido individualizados y detenidos en el marco de distintas investigaciones llevadas adelante por varias Fiscalías del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez.
Curiosamente, hace algunos años también habían sido detenidas la madre y las tías de Escucharini, Lilian, Miriam y Betiana Juárez, en el marco de una investigación por enriquecimiento ilícito y defraudación al Estado. Cuchara ahora quedó detenido y a disposición de la justicia en una Alcaidía Federal.
