De terror. Mientras trabajaba en capital federal, una vecina de Villa Luzuriaga recibió el llamado de la niñera que trabaja en su casa. La mujer estaba angustiada, tenía la voz entrecortada y apenas si alcanzó a decirle: “entraron a robar, es un desastre la casa”.
Lo primero que hizo Myrna, la víctima, fue llamar a la Policía mientras seguía en contacto con la empleada. En diez minutos un móvil llegó al lugar, ubicado en Bermúdez entre Carrasco y Sarratea de la mencionada localidad de La Matanza, y revisó el perímetro, porque el temor era que él o los delincuentes permanecieran en la finca. La dueña de casa viajó cuan rápido pudo para estar al frente de la situación.
Se fue a trabajar y recibió un horrible llamado de la niñera: una cámara mostró cómo le entraron a robar
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— Primer Plano (@primerplanotv) October 7, 2022
“Tal como se ve en el video entró un tipo solo por la parte de adelante, pasó por el techo, que es altísimo, entró por el lavadero tras romper rejas y puerta, y se metió en la parte superior, entre mi pieza y la de mi hija. Hizo un desastre y se llevó todo lo que quiso”, relató la víctima en conversación con Primer Plano Online. Eran las 10 de la mañana cuando el malviviente actuó, y nadie vio nada.
Después de revisar toda la parte superior de la finca, el delincuente tomó una escalera y escapó por la parte trasera hacia una casa lindera cuyos dueños no estaban tampoco. “Tenemos cerco eléctrico, alarma, cámaras, pero así y todo hizo esto y como pancho por su casa”, reflexionó frustrada Myrna.
Dinero, algunas joyas, objetos de valor y demás pertenencias de ella, de su pareja, de su hijo de 25 años y de la adolescente de 14 fue el botín que se llevó el ladrón. Y la sensación más horrible: “nos sentimos violados. Que entren a tu casa, que te revuelvan todo, que toquen tus cosas y que se lleven lo que quieran es espantoso”.
En medio del procedimiento policial, Myrna se subió a la escalera que el delincuente había puesto para escapar hacia la propiedad lindera y encontró que había una puerta abierta, con lo cual entró en pánico. “Pensé que estaba ahí adentro escondido y volví a llamar a la Policía. Pero no estaba ahí y lo que sí había era un bolso con cosas nuestras”, completó la víctima.
Al conversar con vecinos del barrio, el verdulero que tiene comercio en la esquina de su casa le contó que vio bajar a un hombre con mameluco de un auto blanco que caminó para dar una vuelta manzana, pero al rodado todavía no pudieron identificarlo.
Para la familia no es nueva la lamentable experiencia. Hace dos años, el hijo mayor de Myrna vivió algo similar, pero estando dentro de la casa y, al darse cuenta, alcanzó a resguardarse en el baño. “Tuvo la valentía de esconderse, llamarme y le dimos aviso a la Policía. No se llevaron nada esa vez pero el terror de tener a tu hijo a merced de los delincuentes no se lo deseo a nadie”, cerró.