El hombre cuya voz se viralizó en audios de WhatsApp confesando que había abusado sexualmente de su propia hija (este medio no reproducirá esas expresiones) se entregó este domingo ante la Policía.
Fuentes policiales y judiciales confirmaron a Primer Plano Online que el imputado se había refugiado en la casa de un tío, en Ezeiza, pero el dueño de casa, al enterarse de la gravísima acusación que pesaba sobre su sobrino prefirió llamar a la dependencia de Tristán Suárez para ponerlo a disposición de la justicia.
Al enterarse de su paradero, la fiscal Vanesa González, de la UFI Nº3 de Esteban Echeverría, especializada en violencia de género e intrafamiliar, dispuso su inmediata aprehensión hasta que el Juzgado de Garantías interviniente defina los pasos a seguir.
Según trascendió, la justicia realizó ayer sábado de urgencia una pericia en la menor que habría sido víctima de los abusos, que arrojó resultado negativo. De todos modos, la investigación está en pleno desarrollo.
Entre viernes y sábado estalló el caso a partir de la viralización de los audios en redes sociales. De hecho, rápidamente se convirtieron en tendencia las etiquetas «lo quiero muerto» y «desahogo sexual». El texto fue acompañado por audios y fotografías del acusado.
La madre de la niña, que vive San Fernando, reconoció que estaba al tanto de los audios, que la última vez que había mantenido contacto su ex fue hace dos meses y aseguró que “nunca sospechó de algún tipo de abuso hacia su hija”. Además, habría afirmado que la voz del audio corresponde a la del papá de la nena.
