Drones en operativos de control vehicular. ¿Aportan algo o es apenas la implementación de tecnología para mostrar que se intenta ser activo en la batalla contra la delincuencia o el manejo irresponsable de parte de los conductores que transitan las calles del conurbano? La duda quedó planteada ayer en las redes sociales, luego de que Primer Plano Online publicara la noticia sobre el estreno de un aparato de videovigilancia aéreo por parte del Municipio de Ituzaingó.
Varios usuarios comentaron y también escribieron a la redacción de este medio intentando saber de qué servía ese sistema en un esquema clásico de procedimiento cuasi administrativo, en el cual se frena a conductores para revisar documentación y proceder a controlar si bebieron alcohol o no. Por eso, la consulta a los responsables del sistema y la explicación que permite conocer otra faceta de cómo se utilizan las herramientas tecnológicas.
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Pues bien: desde el punto de vista general, las aplicaciones que tienen los drones son infinitas: se pueden utilizar tanto para gestión de la calidad del aire, seguridad vial, seguimiento de especies en peligro de extinción, prevención y extinción de incendios, control meteorológico, publicidad, grabación de eventos, búsqueda y rescate de personas y demás. Pero dónde realmente ofrecen mayores posibilidades es a la hora de desempeñar funciones de seguridad y videovigilancia.
“En el caso de los procedimientos vehiculares, sirven para poder diseñar estrategias que permitan un control más efectivo. Por caso, tienen un rango de alcance de hasta seis kilómetros, lo que puede advertir sobre malas maniobras que un rodado de cualquier porte pueda venir realizando antes de llegar al lugar del operativo o incluso puede dar un seguimiento preciso en caso de escape”, explicó a Primer Plano Online Marcelo Méndez, subsecretario de Seguridad y Justicia del Municipio de Ituzaingó.
A diferencia de las cámaras de vigilancia fijas, que sólo son útiles cuando la intrusión o la incidencia tiene lugar delante de su objetivo, el drone es capaz de buscar, localizar y seguir objetivos. Además, se encuentra sobrevolando el objetivo a decenas de metros de altura, por lo que resulta imposible que sea saboteado con sprays de pintura o piedrazos, por caso, como las cámaras instaladas en la vía pública.
“Los drones están equipados con cámaras de seguridad de alta resolución FHD 1080 y en 4K con estabilizador de imagen que garantiza filmaciones de gran nitidez y neutraliza los movimientos del dron. Las imágenes se transmiten en tiempo real de forma inalámbrica a un grabador de videovigilancia que garantiza la integridad de las imágenes y las valida como prueba judicial en caso de que se capte un delito”, aportó Carlos Fayet, ingeniero de la Secretaría de Gobierno y Seguridad comunal.
El drone puede programarse para que despegue a las horas establecidas de manera que realice tareas de seguridad y reconocimiento del terreno de forma automática. También puede manejarse en remoto por un operador. Los drones, además de equiparse con cámaras de vigilancia de alta resolución, disponen de visión nocturna (cámaras de vigilancia infrarrojas), GPS (para programar sus vuelos) e incluso los más avanzados disponen de funciones de reconocimiento facial que les permite identificar usuarios y detectar intrusos e accesos no autorizados.