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jueves, julio 17, 2025
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Se conocieron nuevos detalles de la entradera que sufrió la directora del Patronato de Liberados en Morón

Primer Plano Online dio a conocer el caso, pero sin los detalles a los que ahora corroboró tras acceder a la denuncia ampliada hecha por la víctima, y que revelan un fuerte contrapunto con lo informado por la Policía y la justicia. Un revólver en la boca, golpes con una manopla en el rostro, una hora y media revolviendo la vivienda y más de 7 mil dólares y casi dos millones de pesos. Crece la preocupación por este tipo de delitos: no encuentran la fórmula para combatirlo.

Se conocieron nuevos detalles de la entradera que sufrió la directora del Patronato de Liberados en Morón. El caso del que dio cuenta Primer Plano Online tiene elementos que distan bastante con lo informado inicialmente por la Policía y la justicia.

La víctima fue Mónica Graciela Linfozzi (62), funcionaria del organismo provincial y esposa de José María Gayoso, integrante del gabinete del Gobierno comunal y exconcejal del Frente de Todos. La mujer había ido a retirar dinero de una sucursal bancaria ubicada en el centro del distrito y fue abordada por dos delincuentes armados al llegar a su casa de la calle Julián Pérez al 300, casi esquina French.

Fue en esas circunstancias que arrancó una hora y media de terror para la mujer. Apuntada con armas, los delincuentes cortaron la luz en la vivienda al bajar la térmica de un pilar e ingresaron. La golpearon en el rostro, le arrancaron la cartera que tenía en su poder y le sustrajeron el dinero que había retirado del banco.

Eran 800 mil pesos en total, y no 1000 dólares como habían informado inicialmente las fuentes policiales y judiciales consultadas por este medio. Pero no terminó ahí, porque los violentos ladrones querían más. Pese a que contaban con precintos no alcanzaron a atar a la funcionaria y optaron por ponerle una pistola en la boca para que diga dónde había más dinero en efectivo.

La amenaza con un arma en la boca: “vos tenés más plata”

Siempre según el relato de la mujer, ella marcó el escritorio de su esposo, en donde había guardado un millón de pesos. Pero fueron por más: “vos tenés más plata”, le gritaron mientras la víctima sangraba en el rostro por la golpiza que le aplicaron. La amenaza surtió efecto: la mujer indicó dos lugares puntuales de la finca en donde tenían ahorrados 1500 dólares ella y su esposo 7120 de la misma moneda extranjera.

Arrasaron con todo: revolvieron la casa de punta a punta y se llevaron objetos de valor, como joyas y alhajas que conservaban de recuerdos familiares. La Policía Científica estuvo en el lugar intentando tomar rastros y evidencias mientras la fiscal Adriana Suárez Corripio, de la UFI Nº 8 de Morón, ordenó la revisión de cámaras de seguridad. Según narró en su exposición, Linfozzi está en tratamiento psicológico por el trauma que padeció.

Las entraderas son, en la actualidad, el principal problema delictivo que enfrentan las autoridades de seguridad. Hay un problema principal que informan quienes investigan estos hechos: hay inteligencia previa y muchas veces es burda, como la simple caminata por una cuadra para registrar movimientos.

Además, las víctimas suelen ser de variadas clases sociales y la violencia delictiva es inusitada: golpean y hasta queman a personas adultas mayores, que consideran que tienen dinero guardado de ahorros de años. Van a lo directo: buscan plata y aquellos objetos de valor que puedan cambiar por billetes sin ser descubiertos.

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