El exjugador de River Ezequiel Cirigliano pasa sus horas en la cárcel de la comisaría 1ª de Caseros. Desde el pasado 14 de agosto, cuando fue detenido en circunstancias que con el tiempo se fueron tornando cuanto menos confusas, el muchacho se encuentra privado de su libertad luego de, supuestamente, haber ingresado a los tiros a la casa de un vecino de la calle Olavarría al 3.800, exactamente a una cuadra de donde vive su hermana.
“Él iba caminando para ver un partido con su hermana, no sé qué discutió con un vecino al que no conoce porque es nuevo en el barrio, pero esa discusión terminó ahí. Ezequiel se fue caminando y a dos cuadras se da vuelta, ve que viene la Policía y cruza la calle para venirse a mi casa, ya que vivimos a siete cuadras de ahí. Y es en ese momento que lo detienen”, narró a Primer Plano Online Flavia, la mamá del futbolista.
La mujer narró que su hijo fue maltratado por la fuerza al momento del arresto: según contó “le tiraron gas pimienta y casi le quiebran una muñeca” bajo la acusación de tentativa de robo y violación de domicilio, imputaciones que se cayeron porque los testigos del hecho y las supuestas víctimas se desdijeron de sus dichos iniciales.
EL VIDEO DE LA DETENCIÓN DE CIRIGLIANO
https://youtu.be/HiHSaC9KFT0
Pero la causa que le queda vigente a Cirigliano y por la cual permanece detenido es la portación del arma sin autorización. Para Flavia, “o el arma no era de él y alguien se la puso o si la tenía era para matarse, no para dañar a nadie”. Así lo interpreta luego de haber conversado con la psicóloga que puso a disposición de su hijo Matías Almeyda, exentrenador y compañero suyo en River, “el único que lo está ayudando”.
Ahora se sumó con la difusión del caso el preparador físico Fernando Signorini, uno de los estrechos responsables en la última etapa profesional de Diego Maradona. “Cuando habló con la profesional le contó que está con una depresión muy grande desde la pandemia para acá, que no la puede manejar”, reveló Flavia. Ella ubica un hecho transversal para la vida de su hijo: la muerte de su papá, que lo había acompañado a Tucumán cuando fichó con Atlético.
Hace tres meses había regresado de Italia “porque no podía con su vida”: se la pasaba en la cama y no podía conciliar el sueño. Incluso estuvo medicado en varios de los clubes por los que pasó, pero muchas veces el jugador prefería no tomar las pastillas por temor a que pudiera salir en el análisis antidopaje. Su cuadro depresivo comenzó con su salida de River, cuando quedó libre, y luego lo sobrevino la muerte del padre.
EL DESGARRADOR TESTIMONIO DE LA MAMÁ DE CIRIGLIANO
Cirigliano es papá de un varón de siete años y de una nena de cuatro, con quienes mantiene contacto pero a través de celulares de sus familiares, porque en la comisaría no puede tener teléfono. “Está detenido en un lugar tiene capacidad para ocho personas y hay actualmente dieciocho, más del doble”, y se le complica incluso hacer ejercicios. Ayer jueves el abogado de Cirigliano, Guillermo Vega, apeló su prisión preventiva y pidió que el muchacho quede en libertad para poder ir a un centro asistencial a realizar un tratamiento de salud mental.
Ahora la Cámara de Apelaciones de San Martín tiene cinco días para resolver su situación procesal. “Si sigue en la cárcel se va a morir ahí adentro. Estoy desesperada, mi hijo no es un delincuente”, manifestó Flavia al borde del llanto. Su voz es un desahogo en cada palabra que pronuncia. Hasta asegura contar con un lugar de internación para llevar a Ezequiel a realizar un tratamiento psiquiátrico en una clínica privada, también con la ayuda de Almeyda. Sólo resta la decisión de la justicia.
