Pablo Martín Marino (39) trabaja en la Línea 238 hace 14 años uniendo las calles de Merlo, Ituzaingó y Morón. Jamás imaginó que algo así le podría llegar a ocurrir. Pero un día le pasó. Y la está contando sólo porque el agresor con el que se cruzó tuvo mala puntería.
“Venía circulando por Zeballos, sentido a Morón, y cuando estaba llegando al semáforo de la calle Buenos Aires observo que una Traffic ya venía pasando autos por la mano contraria en el mismo sentido que circulaba yo. Pero cuando me quiso pasar a mí, yo seguí mi ritmo y al frenar me empezó a gritar que no lo había dejado pasar”, comenzó su relato el chofer.
“Estás en contramano”, le respondió el colectivero. En ese momento intercambiaron insultos, lo que fue el segundo episodio de la violenta secuencia de ayer por la tarde. “Arrancó con el semáforo en rojo, se bajó de la camioneta y veo que empieza a buscar algo. Entonces me abrí y lo pasé, pero justo me cortó el semáforo de Martín de Irigoyen, donde nosotros entramos a estación de Castelar”, siguió el conductor del transporte público que recorre las calles de Morón y Merlo.
AUDIO: EL TESTIMONIO DEL CHOFER PABLO MARINO
Marino, al frenar en esa esquina, observó que quien conducía la traffic bajó del rodado con una llave cruz en la mano. “Al verlo empecé a doblar”, contó el colectivero, que no alcanzó a distinguir si tenía habilitación para pasar o no. “Cuando empiezo a doblar, me la revolea (la llave cruz) tipo boomerang y entró íntegra, quedó adentro del colectivo”, narró. En ese momento viajaba gente parada, más de 40 personas según su estimación. “Pudo haber hecho un desastre. No lastimó a nadie de milagro”, reflexionó.
Cuando el vidrio lateral del micro estalló en mil pedazos, y con la unidad atravesada en la calle, el chofer se bajó y se puso delante de la camioneta para evitar que el agresor se vaya. “Pero arrancó igual, y me hizo volar dos metros”, detalló Marino. “Fue todo una locura. Sigo amargado pensando que pudo haber pasado alguna otra cosa”, cerró.

El conductor de la traffic se fue del lugar, pero una pasajera alcanzó a tomarle la patente. Cuando llegó la Policía al lugar, rastrearon al vehículo y lograron dar con el atacante, que fue traslado a la seccional 3ª de Castelar Sur, donde quedó imputado del delito de daños y lesiones, aunque no fue detenido. Se trata de Carlos Adrián Gordillo (44), quien quedó a disposición de la UFI Nº 3 de Morón.
A Marino, en tanto, le recomendaron que haga kinesiología y ya tiene la orden para realizar dos resonancias magnéticas la semana próxima. Mientras tanto permanecerá en reposo en su casa. «Estoy todo golpeado», concluyó la charla con este medio.