Claro que es diferente. Cada momento histórico tiene sus particularidades, sus virtudes, sus defectos, sus grietas. Quizá hace varios años atrás hacer periodismo era tener tiempo de reflexión para estudiar los temas, guardarlos por un tiempo y esperar hasta poder escribir el mejor artículo, con la garantía de que al otro día iba a ser leído por un público cautivo. Seguro que estaba latente el miedo en las redacciones de los diarios de la posibilidad de ser enviado como corresponsal de guerra a lugares recónditos del plantea como Vietnam, o tener que viajar a determinado país para investigar sobre enfermedades lejanas como el paludismo. Hay quienes lo tuvieron que hacer y felices de su desarrollo intelectual han sido.
Pero hacer periodismo en la actualidad es otra cosa. Las nuevas tecnologías y las teorías de la comunicación, que pasaron de aquel esquema de emisor-mensaje-receptor pasivo y estático a una interacción permanente entre la información, quien la emite y el destinatario. Esa modificación, por caso, implica que el poder de la comunicación no esté nada más que en un lugar, ya que para comunicar no basta otra cosa que un celular e inquietudes por narrar alguna historia, por breve y pequeña que parezca. De todos modos, es imposible, por el momento, imaginar un mundo sin periodistas, como muchos quisieran.
Hoy se celebra el Día del Periodista y desde Primer Plano On Line elevamos una copa para brindar por todos aquellos colegas que ejercen este hermoso oficio con la responsabilidad de saber que muchas veces son la única expresión que da respuestas al pueblo. Desde la pregunta incómoda al funcionario, que seguramente hoy ofrecerá algún ágape para homenajear la fecha pero en el resto del año volverá a despreciar el trabajo de informar. Desde poner el oído a la queja, al reclamo vecinal, a la calentura de aquellos que son buscados sólo en tiempos preelectorales. Desde preocuparse por discar un teléfono o indagar los motivos de las decisiones que despiertan polémica. Desde contar un accidente, un crimen, un secuestro o un delito cualquiera y poner la cara para criticar el accionar policial y judicial, sabiendo las consecuencias a las que uno se expone.
Hoy levantamos la copa y brindamos por un periodismo libre, sin la falsa objetividad enseñada en las academias y con las convicciones a flor de piel. Porque uno nunca puede ser independiente de sus ideas y no puede transmitir jamás aquello que no siente.
¡Feliz día del periodista! Es el deseo de todos los que hacemos Primer Plano On Line