Un reclamo pacífico y apenas ruidoso se escuchó este mediodía en los jardines del Hospital Posadas. Sin participación de los gremios y sólo con presencia de guardapolvos blancos de profesionales de la medicina y enfermeros, la unánime petición expresada a las autoridades del centro de salud más grande del país es que se frente la sangría de médicos y demás trabajadores para garantizar las prestaciones básicas indispensables a la comunidad.
Fueron más de 500 cesantías en 2017, otra tanda de 300 en 2017 y ya superan los 200 empleados echados en lo que va de 2018. “El sector profesional está empezando a perder el miedo. Esto expresa el hartazgo con la actual conducción del hospital”, refirió a Primer Plano Online Luis Lichtensztein, uno de los delegados de la Asociación de Profesionales de la Salud (CICOP).
Uno de los despedidos fue Martín Acosta Haab, neurocirujano y una referencia en el país en operaciones de cuello y cabeza, que hace 34 años trabaja en el Hospital Posadas, donde incluso vivió 5 años de su vida. En 1989 fue nombrado en planta permanente del nosocomio y los últimos 8 años ejerció su cargo en el hospital Manuel Belgrano, de San Martín, por un convenio entre nación y la provincia de Buenos Aires. Ahora, sin aviso previo, le mandaron el telegrama de despido. “No trabajar para el hospital es mayor el daño que le provoca a la sociedad y a mis colegas en formación que a mí, por eso mi preocupación no es personal sino por el deterioro del servicio de atención a la gente”, le dijo a Primer Plano Online.
Por enésima vez, este medio intentó comunicarse con la vocera del director del Posadas, que directamente ninguneó los llamados y respondió los mensajes de manera esquiva.
