El beso y abrazo para que su hijo salga a la vida fue acompañado por una recomendación. “Si te intentan robar no te resistas: entregá todo, tirate al piso y tapate la cara”, fue la indicación que recibió el adolescente. Es un trabajo que su padre viene realizando desde hace semanas, cuando se liberaron las restricciones que impuso la pandemia. Pues bien: un día debió poner en ejecución el plan.
Es que mientras el adolescente circulaba por la calle Venezuela al 600, en Ramos Mejía, dos motochorros lo abordaron por la espalda, lo sorprendieron al ponerse a la par suya y el chico cumplió a rajatablas el pedido del papá: dejó la bicicleta, soltó su mochila y se sentó en la vereda de una casa con las manos en la cara.
El barrio en el que fue asaltado está plagado de cámaras de seguridad particulares y hay hasta un domo del Municipio. A 200 metros hay una garita vigilancia privada. Nada pudo impedir que los delincuentes cumplan su objetivo.