Si hay algo que jamás se imaginó Evangelina Spoto era tener que contar su propio parto en la autopista. Pero lo hace, y con una naturalidad que asombra. Desde una cama en la clínica La Trinidad, en Ramos Mejía, toma el celular y responde los mensajes de Primer Plano Online hasta con iconitos en medio de las palabras que escribe.
La vecina de Merlo cuenta que ayer viernes Santo a las 7:30 comenzó con contracciones. Despertó a su marido Hugo Torres para avisarle, se fue a bañar y preparó todo para que la abuela vaya a quedarse con Luján, de seis años, la otra hija de la pareja. Bajo la ducha realizaba ese escaneo mental para no olvidarse detalle alguno.
Tipo 9 salieron de su casa rumbo al mencionado centro asistencial. El plan era tomar el Acceso Oeste para llegar rápido, total un viernes feriado el tráfico no sería un problema. Pero a esa hora ya sentía que “las contracciones me partían al medio”, revela. Antes de subir a la autopista en Merlo rompió bolsa. Y todo se precipitó: Lara no quería esperar más.
“Y a las 9:20 nació, justo antes de llegar al peaje de Ituzaingó. Paramos ahí y nos asistieron dos mujeres policías que ayudaron a que salga la placenta y cortar el cordón. La ambulancia llegó 10 minutos después y nos trajeron a la Trinidad de Ramos”, rememora.
“Fue todo rapidísimo, no nos dio tiempo a nada. Una experiencia maravillosa y estresante jajajjaja”, describe, no sin dejar de pedir un reconocimiento especial para la teniente Lorena Chávez (Legajo 161.630, con destino en Comando Patrullas Tigre) y la oficial Marta Susana Idelson (Legajo 471.476, destinada en la Dirección de Asesoría Letrada, División Defensas Sumariales de la Policía).
Evangelina es fotógrafa de bebés y de familias, casualmente. Soñó desde que se enteró del embarazo con tener las mejores fotos de su segunda hija, pero ahora tiene un millón de retratos del lugar insólito en el que la chiquita decidió nacer. Y hasta las dos se convirtieron en noticia. “Lara está en neo porque tiene baja la temperatura pero está bien, la están monitoreando”, cuenta.
Y, después de semejante aventura, tiene palabras también para su esposo, que vio nacer a la nena mientras manejaba. “No sabés los nervios que tenía pobrecito”, señala. Es fácil de imaginar la experiencia que esa familia vivió, con un hermoso final y una vida por delante.