Nancy Yanina López Gotta fue la víctima del brutal femicidio ocurrido esta mañana en Parque Leloir. La mujer, de 41 años, fue apuñalada por su expareja en lo que podría llamarse la crónica de un crimen anunciado: el sujeto la hostigaba verbalmente, con llamados telefónicos y hasta “le dejaba cartitas”, según reveló una excompañera de trabajo.

El femicida, identificado por la Policía como José Castillo Corvalán (37), trabajaba en el edificio de enfrente al complejo en donde ocurrió el asesinato. Nancy era mamá de un adolescente de 17 años, al cual recientemente le había terminado de pagar el viaje de egresados, y de otra hija de 10. Según reveló la amiga, se separó del femicida “porque era un violento que la tenía amenazada”.
Lo que pasó hoy a la mañana, tal cual informó Primer Plano Online temprano, es que la víctima llegó a trabajar como todos los días y él la esperó escondido en el interior del edificio. “Él siempre se escondía en este complejo. Había días que la teníamos que acompañar a la parada del colectivo. Llegó a tirarle latas de pintura en la puerta de la casa, le pegó con sus hijos adentro de la vivienda”, describió la compañera de Nancy.
La mujer trabajaba en la empresa West, dedicada a la comercialización de heladeras y balanzas comerciales, y el asesino en una constructora, donde hacía tareas de mantenimiento y limpieza. “Era un tipo que sabía cómo entrar, cómo escapar y qué hacer. Por eso apunto con mi crítica a la responsabilidad del complejo”, sintetizó la exempleada del lugar.
La familia de Nancy está atravesada por la tragedia. Además del femicidio de hoy, su hermana Cintia fue protagonista de un verdadero milagro: sobrevivió a la masacre cometida por el chacal Diego Loscalzo en Hurlingham luego de hacerse la muerta en medio de una balacera infernal.
Aquel domingo 5 de febrero de 2017, aproximadamente a las 22:30, en el interior de la finca de la calle Cañuelas al 2000 de Hurlingham, Diego Loscalzo mantuvo una discusión con Romina Maguna, con quien desde hacía varios años mantenía una relación de pareja que se encontraba a esa altura finalizada.
Lo que se reconstruyó en la investigación y el posterior juicio es que el asesino no aceptaba la separación y, como la decisión de ella era definitiva, tomó un arma y la mató de seis disparos. Posteriormente, cuando la hermana de la víctima, junto a su pareja y a otra amiga fueron a la vivienda (vivían en el mismo terreno), el chacal disparó contra sus humanidades y masacró a Vanesa Maguna y a Darío Díaz, mientras que Cintia López Gotta se quedó inmóvil en el suelo para aparentar que también había muerto y evitar que le siga disparando. Esa mujer fue la única sobreviviente en el lugar.
El plan criminal de Loscalzo no terminó ahí, sino que continuó yendo a buscar al resto de la familia de quien había sido su novia. Con un engaño mediante una llamada telefónica hecha a su suegra informando que Romina había tenido un accidente, obligó a la mujer a salir de su casa de la calle Beethoven al 800 de Villa Tesei y se la cruzó en el camino. Allí ejecutó a Juana Paiva y a José Maguna, y le disparó en el abdomen a Mónica Lloret (embarazada de nueve meses y con fecha de cesárea al día siguiente) y a su hija Camila Maciel, quienes salvaron su vida por milagro. El bebé falleció en el vientre materno.
El femicida múltiple siguió su huida y, luego de pasar por Villa Lugano en donde vivían familiares, dejó la moto con la que escapó y se tomó un micro de larga distancia. Mediante un trabajo coordinado por la fiscal Paula Hondeville, que tuvo a su cargo la investigación del caso y el posterior juicio, Loscalzo fue detenido al día siguiente de su furia criminal en la provincia de Córdoba. Y desde entonces está preso, por el resto de sus días, porque fue condenado a prisión perpetua.