Todo comenzó cerca de las 20. El padre de Nicolás Hermosilla, el asesino al volante que manejaba borracho y mató a Máximo Escalada mientras jugaba en la puerta de su casa, apareció con dos personas más en el negocio de los papás del nene fallecido a los gritos y amenazante. “¿Dónde están los que hicieron meter preso a mi hijo?”, fueron algunos de las frases provocativas que soltaron en la puerta del almacén de los Escalada, siempre acompañadas de insultos. “Por culpa de ustedes mi bebé está en cana”, vociferaban.
Esa violenta provocación causó la reacción inmediata de Mara Maidana, la mamá de Máximo, quien salió de su local decidida a enfrentarlo. Su marido no pudo frenarla pero los agresores tampoco, y se armó una fortísima discusión que sólo finalizó con la intervención de la mujer de Hermosilla, que llegó con un fierro para atacar a Maidana. Pero para ese entonces los gritos habían alertado al barrio entero, que empezó a congregarse en el lugar e impidió que la situación siguiera.

Hubo reiterados llamados a la Policía, que según denuncias los vecinos tardó 40 minutos en llegar. Para ese entonces, los agresores habían desaparecido de la escena y escondido las armas. Sólo un tío de Hermosilla fue demorado por los efectivos durante aproximadamente dos horas, para cerca de la medianoche ser liberado.
La reacción popular pudo ser peor: la gente, enardecida contra los familiares del asesino al volante, pretendió prender fuego su casa. La improvisada horda fue frenada por Beto, el padre de Máximo, quien pidió que se calmen para no agregar más tragedia al luto que viven tras la muerte del chiquito. Ahora, si bien la situación está calma, por disposición del secretario de Seguridad del Municipio, Damián Feu, hay un patrullero de custodia en la puerta del almacén de los Escalada.
En medio de la violenta situación, el intendente Juan Zabaleta se acercó hasta el barrio, cerca de las 22. Se reunió en la casa de un concejal, a una cuadra de la revuelta, con el padre de Máximo, y se comprometió a poner a disposición todo lo que la intendencia tenga a su alcance para evitar que esta situación se prolongue en el tiempo. Difícil resolución: los Escalada y Hermosilla viven a sólo 12 metros de diferencia. “Queremos que se vayan del barrio”, le pidió Beto al jefe comunal, que se llevó el reclamo y quedó en analizar de qué manera se puede aportar un poco de paz ante semejante tragedia.

AMENAZAS REITERADAS
Durante su presencia en el programa periodístico Primer Plano, Mara y Beto, los papás de Máximo, ya habían denunciado que los Hermosilla los habían amenazado.
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