Prisión preventiva para Carlos Andrés Dip, el asesino al volante que el pasado 13 de junio manejando borracho ocasionó la muerte del motociclista Ariel Santillán sobre el Camino del Buen Ayre, en Ituzaingó.
En la misma resolución, firmada por el juez de Garantías Nº 3 de Morón, Gustavo Robles, el magistrado dispuso el traslado del imputado a un establecimiento carcelario dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Como informó Primer Plano Online en diversos artículos desde que sucedió el hecho, el conductor está acusado de homicidio culposo agravado por la conducción imprudente y negligente de un vehículo automotor y con un nivel de alcoholemia superior a un gramo por litro de sangre.
¿Por qué quedó preso, en principio, hasta el juicio en su contra? Según Robles, existen “fundadas razones” en la investigación para considerar que el acusado, en caso de recuperar la libertad, intentará “eludir la acción de la justicia”. Coincidió así con el planteo realizado por el fiscal Marcelo Tavolaro, de la Fiscalía Descentralizada Nº 1 de Ituzaingó.

El estremecedor crimen vial ocurrió a la altura del kilómetro 18.500 de la mencionada arteria, mientras Dip, un mecánico oriundo de William Morris, transitaba el lugar al mando de su Renault Sandero Steepway en sentido ascendente, de autopista Panamericana hacia Acceso Oeste.
En esas circunstancias chocó de atrás a una camioneta Peugeot Partner gris, salió despedido hacia la vía rápida y embistió a Santillán, que transitaba con su moto por el carril veloz.
dip estaba completamente borracho: la alcoholemia determinó que manejaba con 1,97 gramos de alcohol en sangre
Como consecuencia del impacto lateral, el motociclista cruzó sobre el cantero central que separa ambas manos y terminó siendo arrollado por un Toyota Corolla cuyo conductor no alcanzó a frenar para esquivarlo. La muerte del joven de 28 años fue instantánea.
La contundencia de las pruebas contra Dip y la prisión preventiva
En su resolución, el juez Robles citó las declaraciones testimoniales de dos de las principales personas involucradas de manera involuntaria en la maniobra criminal de Dip. Una fue Noelia N. (45), quien manejaba la Partner contra la que inicialmente chocó el conductor alcoholizado para luego causar el desastre vial.

La mujer reveló que se trasladaba entre la bajada de Gorriti, en Hurlingham, y la de Martín Fierro, en Ituzaingó, cuando “de pronto sentí el ruido típico de una frenada brusca”. “Al mirar por el espejo retrovisor observé la aproximación a gran velocidad de otro rodado, de color gris. Sin opción de evadir la situación, sólo me sostuve con fuerza del volante de mi camioneta, hasta que sentí el impacto”, fue su testimonio.
Después recordó haber visto cómo el muchacho de la moto atravesó el carril y terminó en el asfalto. Entonces le gritó al chofer de la Sandero (Dip) “¿qué hiciste?”, a lo que el sujeto no le respondió. “Solamente se quedó perplejo mirando su auto”, detalló. Ella misma le pidió a un transeúnte ocasional que llamara a la Policía para dar aviso de lo ocurrido.
En la causa también declaró Ricardo C., de 69 años, el conductor del Toyota Corolla que finalmente es quien arrolló a Santillán, aunque está claro que no tiene ninguna responsabilidad penal en el siniestro. El hombre se dirigía hacia San Fernando y narró que “no llegué a ver el accidente: sólo fui sorprendido por el cuerpo que cayó delante de mi auto y traté de hacer todo lo posible para no golpearlo”.
Hubo un cuarto vehículo involucrado en la maniobra, un Honda HR-V color gris plata, manejado por una mujer de 51 años que se retiró del lugar y siguió su trayecto tras haber sido chocado por el Corolla. Fue la hija de la conductora quien se presentó ante la justicia y declaró que su madre se alejó por “sentirse descompuesta”.