Prisión perpetua para el femicida de Camila Tarocco en Moreno. El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 del Departamento Judicial Mercedes y la pena máxima recayó sobre Ariel Alberto González (37), expareja de la víctima y con quien tenía un hijo en común, delante de quien cometió el crimen.
El hecho ocurrió en abril de 2020 y paralizó a la opinión pública. En pleno inicio de la pandemia, la joven fue buscada por 11 días desde que su familia denunció la desaparición. Finalmente, sus restos fueron hallados el 15 de ese mes en un descampado ubicado sobre la avenida Monsegur esquina San Cayetano, del mencionado distrito, semienterrados y en estado de descomposición, con lo cual su muerte databa de hacía más de una semana.

Para los jueces Juan Miguel Tillet, Juan Sebastián Lemos y Juan Manuel Renaud Mas quedó demostrado que entre las últimas horas del 3 de abril y las primeras del día 4 de abril de ese año el femicida violó el régimen de prisión domiciliaria que se le había dictado en el marco de una investigación en curso por hechos de violencia de género denunciados por Tarocco como cometidos en su contra.
En esas circunstancias se dirigió a la vivienda de su expareja y, en presencia de uno de los hijos en común que tenía con ella, la asesinó. Posteriormente intentó deshacerse de sus restos escondiéndolos dentro de una funda de sillón y se dirigió al baldío en el que efectuó una excavación y depositó el cuerpo, que fue descubierto 11 días después gracias a un llamado al sistema de emergencias 911 que alertó su ubicación. El cadáver de Camila estaba atado con cables y en posición fetal.

Para el tribunal, Ariel González fue autor penalmente responsable del delito de homicidio de una mujer cometido por un hombre con el que mantuvo una relación de pareja y mediando violencia de género, es decir, femicidio, por lo que le aplicaron la única pena posible para este tipo de casos. Es lo que había pedido en su alegado el fiscal de juicio, Guillermo Lennard.
Luego del hallazgo del cadáver de la chica, varios elementos de prueba se sucedieron en el expediente. El más importante fue el aportado por un vecino del sospechoso, quien acercó a la justicia una pala que González de había pedido horas antes de que desaparezca Camila. “Necesito sacar unas lombrices porque me voy a pescar”, fue el argumento del femicida a su interlocutor.