El Concejo Deliberante de Morón se encuentra en la etapa de revisión de cada uno de los once candidatos a ocupar la Defensoría del Pueblo en el distrito, cargo que dejará Abraham Gak luego de los dos períodos en que tuvo la responsabilidad de llevar adelante la estructura creada en 2009.
Primer Plano Online presentará en sucesivas entregas a todos y cada uno de los postulantes, con sus expectativas, anhelos y trayectoria. Cabe señalar que, para ser defensor del Pueblo, los requisitos son ser argentino, por opción o naturalizado con un mínimo de 5 años; tener como mínimo 25 años de edad y residencia mínima de 5 años en el distrito, y acreditar condiciones de idoneidad y conducta adecuadas para el ejercicio del cargo.
Sin ánimo de preferencias, el primero de los casos que este medio presenta a sus lectores es el de José Franciosi, actual presidente del Foro de Seguridad de Castelar Norte (seccional 7ª de Morón), Profesor Nacional de Educación Física y fundador el grupo Junto al Discapacitado (JADIS), entre otras cuestiones.
“Por mi profesión de docente de educación física, siempre lo que más me interesa es la vocación de servicio. Ser líder es algo que me nace. Ya hace cinco años me había postulado y lo hago de nuevo por la convicción de ayudar a los vecinos”, describió ante la consulta de Primer Plano Online.
“Mi propuesta es estar en todos los lugares en los que pueda: desde una escuela, una comisaría, un hospital, solucionar una luminaria, un pozo, un mal estacionamiento, una poda de árbol. En síntesis, en cada detalle para defender a los vecinos”, agregó.
Hay una definición plasmada en el papel que aparece como una carta de presentación de las tareas del defensor del Pueblo: actúa en defensa, protección y promoción de los derechos e intereses legítimos, individuales y colectivos consagrados por la Constitución Nacional, la Constitución provincial y las leyes, de los habitantes de Morón frente a actos, hechos u omisiones de la administración pública municipal, de sus entes, organismos y dependencia descentralizadas, que comprometan los referidos derechos e intereses.
Eso, en rigor, es la teoría, que luego se debe ejecutar con la impronta que cada funcionario le aplique al cargo. “El objetivo es buscar constantemente en cada problema una solución. Y si la gente no viene a la Defensoría ir a buscarla a sus casas cuando sabemos que hay cosas por resolver. Al defensor del Pueblo lo tienen que conocer todos y tiene que ser de fácil acceso para los vecinos, sin tanto protocolo. Y tiene que caminar la calle, eso es fundamental”, enfatizó Franciosi, un hombre de Castelar de toda la vida.
Tal vez por eso y por su vocación de ayuda es que cierra la nota con una anécdota relacionada con su padre. “Mi papá me cargaba de chico, me decía que era ‘defensor de causas perdidas’ porque a siempre traté de encontrar beneficios pero no para mí, sino para el prójimo, y conozco cada una de las dificultades que atraviesan los barrios”, recordó.
Y concluyó con otra definición, en la que descarta utilizar a la Defensoría como plataforma para una futura carrera política. “No tengo intenciones de ser otra cosas ni de llegar a ningún otro cargo: lo único que me importa es contribuir a que estemos mejor”.