“No perdonen, a la primera váyanse, salgan de ahí. Pidan ayuda, no se queden por lastima. Las personas así no cambian. Denuncien, aunque no sirva de nada”. Así comienza un conmovedor posteo realizado por Belén, la hermana de Micaela Pérez, la joven víctima de femicidio el lunes pasado en Laferrere. La joven estaba junto a su familiar en la casa a la que ingresó su excuñado para asesinar a puñaladas a la chica en apenas segundos, con un par de cuchillos tomados el interior de la finca.
“No sé queden tranquilas por tener un simple papel que no te resguarda de nada”, indicó Belén en relación a la restricción perimetral de acercamiento que recayó sobre Jesús Gonzalo Armas, el femicida, que violó sin importante nada. “Pidan ayuda. Así tengan que vivir abajo de un puente, salgan de ahí. No aguanten ni un mínimo golpe, una mínima falta de respeto. No sé lo merecen. Y a la familia de los asesinos, no los ayuden, no les den asilo, que se queden en la calle porque están pagando las consecuencias de sus actos”, agregó.
“Mi hermana se cansó. Contó, habló con todo el mundo, pidió ayuda. La justicia le dio un papel, nada más. No la resguardó. La Policía trajo al asesino a la casa de mi hermana, acompañándolo: un juez le dio una orden para que él pueda pasar aun teniendo una restricción. La Policía quería llevar detenida a Mica por oponerse. Eran mujeres, cómo ella”, siguió.
Micaela fue asesinada el pasado lunes en una vivienda de Laferrere, donde estaba trabajando como manicura. El asesino esperó que saliera una clienta, irrumpió en la finca y comenzó una fuerte discusión entre ambos. Belén, que estaba con su hijo de cinco años, salió desesperada a pedir ayuda.
Cuando reingresó encontró a su hermana tirada en el suelo con un charco de sangre alrededor. A él también, pero con una diferencia: a ella la asesinó a puñaladas y luego se intentó quitar la vida. Su parte médico en el hospital Paroissien de Isidro Casanova indica que sigue “en estado crítico conectado a respirador artificial”, consignaron fuentes de la investigación consultadas por Primer Plano Online.
“La justicia lo ayudó a que dejara sin nada a mi hermana y a su propia hija. Le llevó todas las cosas de la casa, hasta sin cama la querían dejar. Todos fueron cómplices: hoy mi hermana tuvo que pagar con su vida por la locura que este enfermo tenía”, reflexionó Belén, quebrada por el dolor. Y por la impotencia. En sus cuestionamientos, de todos modos, no sólo apuntó a la justicia y a la fuerza de seguridad, sino también a la familia del femicida, padre de la hija menor de Micaela.
“Después de esto la familia le pedía si él podía ver a su hija. La familia de él era intermediaria para que pueda tener contacto con ella, cuando mi hermana no quería saber nada de nadie. La molestaban diciéndole que el hdp estaba mal, depresivo, que ella hable con él. Aun sabiendo todo lo que le hizo, todos los golpes que le dejo marcados, sabiendo que le destruyó la casa. Sabiendo que era un adicto, que nunca iba a cambiar. Todos cómplices”, completó.
Y finalizó: “la dejó sin vida, la dejó sin poder ver crecer a sus princesas. Su único motivo eran ellas dos. Hoy estoy fuerte por ellas, porque vos las cuidabas cómo oro, y así va a seguir siendo hermana: las vamos a cuidar como hacías vos”.