La siguiente es la crónica de una situación de la que dio cuenta Primer Plano Online el martes pasado y que, en rigor, es la otra cara de la noticia, sobre todo cuando se impone la ley de la justicia por mano propia. Un caso de abuso sexual contra un menor, cuyo acusado ya está detenido, derivó en un intento de linchamiento del imputado y en un ataque masivo al resto de las personas que vivían en ese domicilio. Y lo más delicado: tres familias quedaron en la calle.
Como informó este medio, Facundo Primo Villanueva (72) se encuentra detenido por disposición de la justicia luego de abusar sexualmente de un menor de edad al que “tomó por la fuerza al niño a través de una reja y lo sometió en reiteradas oportunidades”, según la descripción que figura en el expediente judicial.
Todo pasó frente a la finca de calle Benvenuto Cellini al 800 y, como pocas otras veces pasa, fue visto por una pareja de jóvenes que pasaban por el lugar y dio aviso inmediato al 911. La llegada de un patrullero se dio en medio de la ira popular que comenzó a juntarse en las puertas de ese domicilio con intenciones de linchar al acusado, que fue trasladado en medio de un fuerte operativo de seguridad.
Lo que pasó después de aquello es de lo que puede dar cuenta Alicia, hija del acusado, una de las mujeres que habitaba el domicilio. “Mi papá se entregó y si hizo lo que lo acusan de hacer lo deberá determinar la justicia, de eso no decimos nada. Pero yo estoy recién operada de una cirugía compleja en los pechos, por la que debería estar en reposo, con mi hija de 15 años ambas en situación de calle desde hace casi una semana”, narró a Primer Plano Online la mujer.
Según su descripción, un grupo de entre 50 y 60 personas “llegaron a la casa y rompieron y se llevaron todo”. “El vecindario no nos deja volver. Si nos acercamos sale la gente y nos empieza a gritar ‘violín, violín’ y nos violentan”, señaló. En ese terreno viven su papá (el detenido), su mamá y un hermano suyo con una nena de tres años en una casa; su hermana con el marido y la hija de cuatro años en otra; y Alicia con su hija adolescente en la restante. Típica construcción de los barrios, donde se amplían las edificaciones.
“Nadie se acercó a ayudarnos. La Policía nos dijo que estábamos pagando por culpa de lo que supuestamente hizo mi papá, pero no nos cuidaron como tendrían que haber hecho. Que la justicia investigue lo que pasó, pero nosotros necesitamos volver a nuestra casa y seguir con nuestras vidas”, completó Alicia.
El caso abre nuevamente la polémica sobre la intervención popular frente a hechos que resultan aberrantes pero que convierte a la sociedad en una jungla en la que reina la ley de la selva. Acá hubo gente que dejó a tres familias en la calle, por más razones que dijeran esgrimir, y saquearon tres viviendas mientras la justicia ya actuaba y encarcelaba al acusado. ¿Quién se hace cargo de eso?
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