Por Cecilia García (*)
La situación del mundo por el uso cotidiano de los plásticos es muy complicada. Su consumo está totalmente naturalizado en la sociedad, no solo en Argentina sino en todo el mundo. Vasos, bolsas, guantes, cubiertos, ropa y artículos electrónicos se fabrican para ser desechados luego de su uso, sin considerar las consecuencias: un objeto utilizado una sola vez tarda siglos en degradarse.
El boom del plástico representa hoy una de las mayores consecuencias para la salud humana y el ambiente que comenzó en los años 70 con la producción masiva de plástico, reemplazando productos hechos en vidrio, madera o cuero que eran reutilizables, por la fabricación a gran escala de los productos descartables a bajo costo.
El problema principal se debe a que los plásticos no son productos naturales, ni tampoco pertenecen al ambiente y no deberían terminar en ecosistemas naturales. Sin embargo, el crecimiento de las grandes ciudades, el aumento de la producción y la sociedad de consumo generan el aumento del uso de plásticos.
La mayoría de los plásticos no desaparecen por completo, sino que se fragmentan en pequeñas partículas que ingresamos a nuestros cuerpos a través de la inhalación y la absorción, y se acumulan en los órganos. Según estudios, estamos ingiriendo 5 gramos de microplásticos por semana, lo que equivale a 21 gramos cada mes, y unos 250 gramos de plástico al año. Para entender la magnitud de estos números, es como si nos comiéramos una tarjeta de crédito plástica cada semana, una percha al mes, o alrededor de 29 botellas de plástico de medio litro al año.

Los componentes del plástico son otra gran preocupación, ya que contienen más de 13.0000 sustancias químicas contaminantes para el ambiente y también peligrosas para la salud humana. Un claro ejemplo es el Benceno, una sustancia química altamente cancerígena.
Argentina produce alrededor de 11 millones de toneladas de residuos plásticos al año y se estima que un 30% termina en basurales a cielo abierto. La deficiente gestión de los Residuos Sólidos Urbanos por parte de los gobiernos es también una gran problemática: millones de toneladas de residuos plásticos llegan a los lagos, ríos, mares y océanos, amenazando la vida de las especies acuáticas y sus ecosistemas.
Se estima que la contaminación en los océanos se cuadruplicará para el año 2040 si no se toman todas las medidas adecuadas. Todo esto refleja la gran problemática del plástico y la urgencia de abordarlo de manera efectiva.
La contaminación afecta a todos los que vivimos en la tierra, ninguna especie está libre. Lo importante es saber que existen soluciones a nuestro alcance. Hay alternativas que conllevan cambios de hábitos, que se pueden implementar para disminuir el uso de los plásticos:
- Separar los plásticos en origen para enviarlos a reciclar
- Ser un consumidor responsable, evitando compras innecesarias
- Reducir el uso de plásticos de un solo uso
- Optar siempre por volver a reutilizar los plásticos
- Utilizar productos reciclados
- Elegir productos que estén envasados con cartón o vidrio
La lucha contra el plástico y su constante producción es una de las batallas ambientales más complejas. Toda la contaminación plástica debe ser visibilizada y afrontada involucrando a todos los sectores de la sociedad, pero principalmente los gobiernos son los que tienen la obligación de gestionarlo de una manera más sustentable y amigable con el ambiente.
(*) Cecilia García es Técnica en Gestión Ambiental