“Antes de que termine el partido hablé con el jefe de seguridad que me expuso que saldrían primero los locales y luego nosotros. Me negué rotundamente. ‘Es imposible’, me dijo, porque tenía esa orden. Le pregunté quién puede ser tan necio de sacar primero a los locales que son muchísimos más y nosotros un puñado ajustado a las normas reglamentarias. Pero ordenes son órdenes y salieron primero ellos”. Así comenzó su relato el presidente del Deportivo Morón, Alberto Meyer, quien fue víctima junto a otros pares de comisión directiva e integrantes del plantel profesional y cuerpo técnico de una violenta agresión a la salida del estadio de Atlanta, tras la derrota de anoche.
El mandamás siguió: “Obviamente nos emboscaron como era previsible, y nos salvamos de una desgracia mayor por no entrar al palo por palo sino que privó la mesura y el orden. Yo estaba saliendo de a uno despacio para que no piensen los locales que éramos de Morón. La Policía estaba en la esquina y 20 metros antes nos esperaban los delincuentes -porque no se los puede tildar de otra manera-, que en forma vil y cobardemente nos agredieron con todo objeto contundente, debiendo ante la lluvia de cascotazos y otras variedades de objetos recluirnos junto al micro de los jugadores, y aguantar mucho tiempo hasta que se calmaran las aguas”.

Si bien no hubo que lamentar heridos de gravedad, lo cierto es que las autoridades del Gallo y el plantel profesional vivió un momento traumático luego de jugar un partido de fútbol en Villa Crespo, justo en el momento donde sigue habiendo pruebas pilotos para el regreso de los hinchas visitantes a las canchas. “Todo esto pasó por una persona que está al mando de dar una orden y no tiene la mínima idea de la barbaridad que comete. Lo culpo de incapaz y negligente en la tarea desempeñada”, cerró Meyer, quien apuntó sus dardos contra el responsable del operativo.